Cuestión de fe

Si observamos los resultados de los cuatro últimos partidos del Barça (tres de ellos en Liga) observaremos que sus resultados le han servido para ampliar su ventaja en la Liga pese a que no han sido buenos: 2-2 en casa contra el Valencia; 0-0 en Bilbao y 1-0 ante el ValladolidEl

cuarto, en la Copa del Rey, fue otro empate (1-1), con el Madrid visitando el estadio. Total: 4 goles a favor, 3 en contra. Poca cosa, poco juego, pero máxima rentabilidad. Aún así, escasos argumentos para observar el viaje a Lyon desde otro lugar distinto a la fe blaugrana.

Y es que, en términos de Champions League, los resultados de las eliminatorias en las últimas tres temporadas tampoco dan para mucho. El Barça no gana fuera de casa desde hace tres años cuando, con Luis Enrique en el banquillo, Messi marcó los dos goles de la victoria en el campo del Arsenal. Después de eso, cuatro derrotas y un empate.

Con semejantes antecedentes, marcados por el tremendo 3-0 de Roma en los cuartos de final del curso pasado, no hay mejor momento que el de esta noche para romper la tendencia y presentar credenciales acorde al potencial de esta plantilla. Pero eso sí, como dijo Piqué el sábado, habrá que jugar mucho mejor (y el Barça puede hacerlo) para no sufrir en Lyon