El Palau se rinde a la gran leyenda
Juan Carlos Navarro vio su camiseta retirada en una espectacular ceremonia
El dorsal 11 del Barça Lassa luce como merece en lo alto del Palau Blaugrana. Las hijas de Juan Carlos Navarro fueron las encargadas de descubrir la lona que tapaba la representación luminosa de su camiseta, en una noche memorable en la que el Palau se rindió a su figura. Fue el momento cumbre del homenaje, con el crack de Sant Feliu y su mujer contemplando la escena con emoción desde el centro de la cancha.
El esperado homenaje empezó 45 minutos antes del partido, con las gradas casi llenas de un público que pudo encontrar en cada asiento cartulinas con el número 11 en forma de camiseta. En el palco, infinidad de ex compañeros, familiares y leyendas del basket blaugrana no se lo quisieron perder.
Una cuenta atrás inicial dio paso a un espectacular videomapping, una proyección tridimensional con música, preludio de los reconocimientos. El primero vino de su amigo, compañero y muchas veces rival Felipe Reyes, que junto con el resto de jugadores del Madrid presenció el acto desde la zona de banquillo puesto en pie con la salida de la Bomba. Hubo abucheos con la salida de Reyes para entregarle a Juan Carlos una placa de reconocimiento del Madrid pero fueron muchísimos más los aplausos los que hicieron honor a esa saludable amistad.
El tributo también llegó por parte de otras leyendas azulgrana, en concreto Andrés Jiménez, Nacho Solozabal y Roberto Dueñas, tres de los cuatro ex jugadores que tenían la camiseta retirada hasta ayer. Navarro se une ahora a ellos y a Epi para componer un quinteto memorable.
“Me llevo muchos recuerdos, todos buenos, muchos compañeros, muchos amigos. Ha sido una carrera excelente, he intentado dejarme la piel siempre por este club y os echaré de menos”, afirmó Navarro visiblemente emocionado.
El crack de Sant Feliu también agradeció el apoyo de los suyos, especialmente de su padre, fallecido el pasado día 25 de noviembre, la madrugada previa al día que tenía que realizarse el homenaje.
“De pequeñito, cuando mi padre me montó una canasta en el patio de casa, ni en mis mejores sueños podría pensar que estaría aquí en mi nueva casa, el Palau Blaugrana, con todos vosotros. A mis hermanos, mi madre, mi familia y sobre todo a ti papá”, subrayó.
Tras el homenaje, los jugadores ocuparon la pista para culminar sus calentamientos y Navarro se marchó al lugar más privilegiado del pabellón, junto a los dirigentes del club para presenciar el clásico, con su número 11 enfrente presidiendolo todo
“Me llevo muchos recuerdos, os echaré de menos”, dijo el crack de Sant Feliu
Fueron sus hijas las que descubrieron el 11, ya retirado en lo alto del Blaugrana