“Messi, Messi” con el Villamarín en pie
El Barça regaló cuatro obras de arte entre Leo y Suárez y la afición bética coreó al ‘10’
Con Leo Messi y Luis Suárez en estado de gracia, el Barça antepuso ayer robar y morder arriba para dejar casi sentenciada la Liga que ganar el duelo de la posesión, del 54% para el Betis cuando el marcador señalaba un 0-2 al descanso y del 56% al final. El Benito Villamarín claudicó ante un equipazo que va lanzado hacia su octava Liga en 11 temporadas y acabó rindiéndose a un marciano, como le definió Ben Yedder hace tres semanas a unos kilómetros del estadio bético. La vaselina de Leo, con una primera versión en Tenerife en 2010 y otra de Maradona en el Pequeño Maracaná de Belgrado en 1982, hizo olvidar las penas en Heliópolis y celebrar el privilegio de tener delante un genio nacido en Rosario que les ha metido 23 goles pero nunca uno como el 1-4 de anoche en Sevilla.
La afición verdiblanca se puso en pie aplaudiendo un gol de bandera durante un par de minutos y coreando el nombre de Messi y tocando de palmas de nuevo hasta el final cada vez que tocaba el balón, el 51º que se llevó a casa por otros tantos ‘hattricks’ sumando Barça y selección.
Viendo al rival de cara y sin dejar huecos, el líder de la Liga derivó en un rodillo imparable con otros tres golazos: el de falta de Messi, el taconazo de Suárez al ‘10’ en el 0-2 y el jugadón disfrazado de Leo, Mbappé y Ronaldo a la vez.
Ernesto Valverde demostró haber estudiado a fondo el 3-4 del Betis en el Camp Nou de noviembre, cuando más perdido y desorganizado sin balón se vio a su Barça en casi dos temporadas, para buscar un antídoto para el equipo de Setién. Quién sabe si con Dembélé disponible habría apostado por el mismo dibujo de ayer pero la elección de Vidal como primer foco de la presión en un 4-4-2 resultó fundamental para llenar la medular. El chileno incluso fabricó un pase de fino estilista entre líneas para Messi que no aprovechó Suárez con un mal remate en el primer tiempo y pudo marcar con una rosca. Fue un Barça distinto, sin el rondo para dormir al Betis, pero letal con el mono de trabajo y una tremenda solidaridad para matar cuando olía sangre en los espacios que siempre deja el equipo de Setién, sin respuesta ante los insaciables Leo y Luis, desbocados hacia el triplete
La hinchada local pasó de nuevos pitos a Setién al homenaje a Leo tras su vaselina
Con el 56% de la posesión para el Betis, Vidal fue vital como antídoto en la presión