Sin aristocracia, Luis Enrique tira de ‘meritocracia’
Contra gustos no hay disputa, que canta Joan Manuel Serrat en su inolvidable “Cada loco con su tema”. Para muchos Luis Enrique obra bien y está en su derecho en continuar buscando hombres y nombres para su ‘Roja’ idónea y, por lo tanto, no se debe considerar como un pecado que ya haya seleccionado ya 41 jugadores en su corto periplo como seleccionador.
Sin embargo, para otros, tanto zafarrancho, tantas idas y venidas de futbolistas, tan escasa continuidad afectan al espíritu de grupo y perjudica la búsqueda de una Selección que vuelva a ser un equipo… competitivo y aspirante a los títulos que dispute.
Puestos a apostar, quien esto escribe le mete un puñado de euros a la primera alternativa. Si el técnico continúa picando en su mina particular es porque no encuentra las pepitas que le garanticen el éxito. Si en esta nueva convocatoria, la cuarta de su etapa, ha llamado a ocho jugadores que no estuvieron en la última de noviembre es porque algunos de los que han venido hasta ahora no le han terminado de convencer, además de no conseguir el objetivo de la ‘final four’ de la Copa de las Naciones después de comenzar con seis puntos producto de los dos primeros triunfos ante Inglaterra en Wembley (1-2) y Croacia en Elche (6-0).
Posiblemente, si sus primeras apuestas hubieran mostrado un mínimo de regularidad y los resultados les hubieran acompañado, en esta primera lista para la fase de clasificación de la Eurocopa 2020 no hubieran existido tantos cambios. Con la aristocracia de los Puyol, Piqué, Xavi, Xabi Alonso, Iniesta, Villa, Torres… pasada a mejor vida, Luis Enrique tira de ‘meritocracia’.
A la selección va quien en mejor forma está y se lo gana cada jornada. Perfecto. Tan justo como coherente.
Es una evidencia que los seis primeros partidos de su era no le han servido para encontrar soluciones al obligado cambio generacional. Los herederos naturales no han dado un paso al frente. Pasitos, si acaso. Ninguna zancada. Sobre todo en el centro del campo. Donde más duele porque se trata de ocupar el lugar de los Xavi, Xabi, Iniesta … Ni Thiago , ni Koke ,ni Isco , ni siquiera Saúl, que ha dado un bajón considerable cuando parecía el mejor posicionado.
En un rápido repaso por líneas nos encontramos con las mismas carencias de antes de su llegada. En la puerta, mantiene la apuesta por De Gea, aunque parte de la opinión pública vocifera por el cambio.
En la defensa, la vuelta de Jordi Alba solidifica la banda izquierda, sin duda la posición con más candidatos cualificados. Hasta el punto de que en esta cita acuden tres hombres. No ha encontrado, sin embargo, un recambio para cuando no está Carvajal. Incluso ha tenido que llamar a Jesús Navas, en óptima forma, cinco años después. Sergio Ramos continúa sin compañero de viaje. La ausencia de Piqué es alargada como no podía ser de otra manera. Sergi Gómez es la nueva carta después del paso de los Nacho, Albiol, Bartra, Llorente…
Busquets volverá a tener nuevos compañeros de viaje. Ceballos y Saúl (por la enfermedad de Fabián) están, y puede que uno de los dos sea titular el sábado, pero no son fijos indiscutibles. Es más, a día de hoy, ofrecen más y mejor garantía Parejo y Canales, que puede jugar en el centro o más adelantado.
Arriba, Asensio, un fijo de Luis Enrique, tampoco ha aprovechado su privilegiada situación. Diego Costa pierde terreno a borbotones, Rodrigo y Morata se mantienen porque se lo ganan y también porque no hay otros que les coman terreno. El certero Mata y el polivalente Muniain reciben el premio a su fenomenal temporada y sólo depende de ellos su continuidad.
Hace bien Luis Enrique en no casarse con nadie y en continuar en su búsqueda del futbolista que se acople y rinda con las máximas exigencias. El estilo de juego es innegociable, pero en estos días el técnico apunta donde menos suele apuntar, al concepto defensivo. No olvida que Inglatrerra y Croacia le hicieron tres goles cada uno. Seis en dos partidos. Demasiado