El peaje hacia una final
N La Real comprueba que estar en La Cartuja exigirá superar a un gran Mirandés
n La Real sabe desde el jueves el elevado precio que tendrá que pagar si quiere jugar la final de Copa en Sevilla: el peaje a abonar implicará, como no podía ser de otra manera, elevar su registro futbolístico muy por encima del mostrado en el choque de ida ante un Mirandés que se marchó con la sensación de haber cobrado una ventaja importante en su aspiración de extender su sueño. En juego está jugar una final de Copa.
El Mirandés fue mejor que un puñado de equipos que ha visitado Anoeta esta temporada en Liga. Ahí, en esa estatura futbolística, se sitúa el listón a superar para poder jugar la final de Copa. El partido de vuelta tendrá mucho de gestionar las ilusiones, tarea en la que la Real fracasó, adentrándose en un perfil psicológico ansioso y precipitado que le impidió ofrecer su mejor versión, pero si la Real quiere viajar a Sevilla en abril, el reto que le plantea el Mirandés es el de apear de la competición a un once valiente, agresivo y determinado. Y que, además, cuenta con la libertad mental de no jugar con el peso de la púrpura que le aporta su historia a la Real, lo que puso cadenas en las piernas de los txuri urdin y, sobre todo, en sus mentes. Su rival movió el balón con tanta sencillez como clarividencia y corrió a los espacios con una decisión endemoniada cada vez que los robos basados en su gran presión se lo permitieron. Tuvo tantas ocasiones claras, o más, que los locales.
La Real sintió el desasosiego de quien sabe que no puede fallar a su gente. La presión, concepto tan recurrente, que existe cuando la ilusión desbordante que percibes es la de tu amigo, tu hermano, tu primo. Pero por encima de todo eso, el mayor agobio se lo hizo sentir su oponente. Valiente en su posicionamiento adelantado los 90 minutos, sin renunciar nunca a atacar, sin especular. Decidido en cada disputa. Osado, agresivo y determinado en una presión que fue un muro casi infranqueable para la Real. Apretó tan de verdad como de forma coordinada el equipo de Andoni Iraola y de ahí no pudo salir un conjunto local con una prisa excesiva por querer llegar al gol. Como si el billete para La Cartuja ya lo quisiera expedir el jueves
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