Dimisiones forzadas
El comunicado del FC Barcelona
Ante las graves e infundadas acusaciones hechas esta mañana por el señor Emili Rousaud, ex vicepresidente institucional del Club, en diferentes entrevistas a medios informativos, el FC Barcelona niega categóricamente cualquier acción susceptible de ser calificada de corrupción, y, por tanto, se reserva la interposición de las acciones penales que puedan corresponder.
En este sentido, el análisis de los servicios de monitorización de las redes sociales está siendo objeto de una amplia auditoría independiente a cargo de PriceWaterhouseCoopers (PWC), que todavía está en curso y, por tanto, sin ningún tipo de conclusiones, habiendo facilitado el Club toda la información y medios que PWC ha ido solicitando desde el inicio del proceso.
Finalmente, las dimisiones de miembros de la Junta Directiva anunciadas en las últimas horas se han producido a raíz de la remodelación de la Junta impulsada por el presidente Josep Maria Bartomeu esta semana, y que será completada en los próximos días. Esta remodelación de la Junta Directiva pretende afrontar con las máximas garantías el último tramo del mandato, con el objetivo de implementar las medidas necesarias para preparar el futuro del Club, superando las consecuencias de la crisis sanitaria que estamos viviendo, y de culminar las acciones del programa de gestión iniciado en 2010 y del Plan Estratégico aprobado en 2015. minimizar los daños que está provocando esta pandemia”. Según pudo saber MD, Silvio Elías no hará declaraciones porque considera que las palabras de Rousaud están hechas “a título personal”
HNo lo parece, pero la mayoría de las dimisiones de los directivos del Barça han sido forzadas por el presidente. Bartomeu decidió remodelar la Junta y habló con Rousaud y Tombas diciéndoles que no contaba con ellos en el futuro y que tenían dos opciones: o dimitir o quedarse en la Directiva pero sin mantener las funciones que tenían atribuidas. En estas conversaciones salieron también los nombres de Silvio Elías y Josep Pont, pero el dirigente blaugrana no llegó a hablar con ellos el mismo día. Sin embargo sí aparecieron esos dos nombres en la prensa. Cada caso es distinto para Bartomeu y la dimisión del abogado Jordi Casalmiglia es más por cuestiones personales y la de
Maria Teixidor no estaba en la agenda del presidente.
Rousaud había desarrollado una agenda propia de contactos con los medios al plantearse la candidatura a la presidencia del FC Barcelona, que era su prioridad. Tombas discrepaba en la estrategia económica y Silvio Elías en la deportiva. Faltaba cohesión en la directiva, lo que se hizo muy palpable en la última reunión presencial en la que Bartomeu intuyó una preparación anterior poco habitual. No se le pidió la dimisión explícitamente, pero un grupo de directivos es lo que quería para así avanzar elecciones. Esa fue una discrepancia potente. En la Junta se pusieron sobre la mesa problemas económicos para justificar la convocatoria de elecciones. Bartomeu frenó el golpe pero se dio cuenta de que en su grupo no existía ni la fuerza ni la lealtad suficiente para seguir adelante y acabar el proyecto de un año y medio. La posibilidad de una remodelación empezó a tomar cuerpo.
El detonante llegó con el comunicado de los capitanes, transmitido por Messi, tras la reducción de salario en la que hablaban de problemas de “dentro” del club. Había algún directivo que había cargado contra Messi y los futbolistas en plenas negociaciones sin conocer al detalle lo que hablaban. Bartomeu decidió que debía actuar en la Junta.
De los directivos que se han ido hay quienes han hecho una buena labor y otros que han preferido tener agenda propia. Un directivo que se fue comentó una frase en una ocasión que definía la actuación de algunos de los miembros de la Junta: “Prefiero pedir perdón antes que pedir permiso”. Bartomeu quería una remodelación escalonada más que una exprés, pero la dimisión masiva ante notario adelantó el escenario. El presidente ahora tiene la Junta que quiere y llevará a cabo incorporaciones. No quería hacerlo, entre otras cuestiones porque no sabía si los directivos con los que no contaba se irían o se quedarían como en su día hizo Toni Freixa. La dimisión masiva ante notario hay que entenderla en clave de posible acción de responsabilidad posterior.
Pero la realidad no es que le han dimitido seis directivos a Bartomeu sino que ha abierto la puerta a cuatro en una remodelación amplia de la Junta y se han ido dos más. La crisis ha contado con poca estrategia de comunicación por parte del club y en cambio con un amplio despliegue mediático de Rousaud que no ha gustado a sus ex compañeros de Junta que consideran que la institución debe ser preservada y las declaraciones en las que hablaba de “mano en la caja” sin pruebas fehacientes perjudican gravemente la imagen del FC Barcelona.
Es año electoral. Hace tiempo que todo el mundo está ya advertido. Esto va a ser continuo, porque se juegan demasiados intereses en torno a un club de la magnitud y potencia del FC Barcelona. Esta última crisis, además, va a tener el altavoz de la ausencia de competición y se produce en un momento delicado en el que todo el mundo debe estar pendiente de la salud y cómo combatir la pandemia global antes de las guerras intestinas y cainitas de un Barça que ahora debería estar preocupado en afrontar un desbarajuste económico considerable por el Coronavirus y la ausencia de ingresos y preparar el término de esta temporada o la próxima campaña con garantías.
Las dimisiones forzadas permitirán, de alguna manera, cohesionar a la Junta que deberá tomar decisiones importantes en los próximos días. A los que se van después de dejar un buen trabajo habría que agradecerles su esfuerzo y su dedicación al club y a los que se quedan desearles acierto en la toma de decisiones después de una temporada abrupta, complicada y todavía sin final
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