N El Barça apostó por jugar más rápido tras analizar muchos datos y formar un equipo capacitado para ello n El juego de transición pasó en dos años del 21% al 35% del total y ya influye en el 40% del marcador
n El Barça iba como un tiro en la Champions y, si el coronavirus lo permite, será uno de los favoritos en la Final Four de Colonia, aplazada a diciembre. El conjunto azulgrana acostumbra a fundir a sus rivales imprimiendo un ritmo altísimo durante 60 minutos, pero el Barça no juega tan rápido por casualidad, sino que apostó en 2018 por el cambio después de un análisis pormenorizado de datos estadísticos cruzados y la confección de una plantilla capacitada para soportar con éxito el reto.
Xavi Pascual radiografió el otro día a su equipo en la conferencia ‘La importancia del juego de transición en el modelo de juego”, clase magistral que impartió telemáticamente para la Asociación de Entrenadores de Balonmano.
En busca de “certezas”, el estudio de las cifras desde 2012 descubrió que el Barça había sido el equipo de Champions que alcanzó mayor eficacia en ataque posicional en una temporada (59,4%), mientras que el Kiel tuvo ese honor al contragolpe (71%). La rampa de lanzamiento estaba lista.
“Nuestra idea fue contraatacar más porque, igual no aumentas el porcentaje de eficacia, pero sí puedes incrementar la frecuencia de contragolpe y con eso, sabiendo que la eficacia es mayor que en ataque posicional, siempre vas a tener más posibilidades de marcar gol. Esa es la filosofía de por qué corremos tanto”, explica Pascual.
El juego de transición, que engloba el contraataque y el repliegue, representaba sólo el 21% del juego del Barça en 2017-18, pero ese porcentaje ha subido al 35% y, en cambio, el juego posicional ha bajado del 79 al 65%. Lo relevante es que lo que ocurre en ese 35% del partido tiene una influencia del 40% en el marcador total, mientras que el juego posicional sólo repercute en un 60% a pesar de que ocupa el 65% del tiempo de juego.
“Ese 35% tiene una incidencia importantísima en el marcador y hay que ir ahí. Nosotros rotamos mucho a la gente, es la ventaja de tener jugadores que nos permiten hacer cambios. Tenemos una serie de indicadores físicos y de percepción que nos indican que hay que cambiar a un jugador. Pocas veces un jugador está 20 minutos arriba y abajo”, señala el técnico.
Calidad de entrenamientos
A mayor velocidad, mayor riesgo en la ejecución, de ahí la importancia de la calidad de la plantilla y los entrenamientos para que la ‘Fórmula Pascual’ sea adecuada. “Hay que jugar rápido, pero hay que asegurar el balón y, si queremos conseguirlo, tenemos que entrenar rápido, no lo concibo de otra forma. Prefiero entrenar menos tiempo, pero muy intenso. Haber pasado del 21% al 35% en juego de transición tiene que influir en el modelo de entrenamiento porque tenemos que jugar igual que entrenamos”, destaca ‘Pasqui’.
El entrenador del Barça controla otros muchos datos, entre ellos el índice de ventaja de transición,
“porcentaje que mide la diferencia que hay entre los goles conseguidos y los encajados en transición”. En 2017-18 ese índice era casi nulo (+0,4%), pero ahora la ventaja está en un +20,8%, superior al resto de equipos de Final Four (+15,20%).
En resumen, el Barça ha seguido mejorando esta temporada su eficacia ofensiva y defensiva, lo que convence a ‘Pasqui’ y los suyos que siguen en el camino correcto para seguir mejorando año tras año el rendimiento global.
“Esto no quiere decir que ganes o no, pero desde que tenemos esta composición de plantilla, creemos que este estilo de juego es el que nos va mejor. El contraataque es un arma imprescindible, pero eso conlleva más transiciones defensivas y, por tanto, también hay que trabajarlas más. Esto no es dogma de fe, sino nuestra opción y cómo entendemos nosotros el balonmano”, concluye Pascual
LAS CLAVES
BUSCAR MÁS EFICACIA “La idea fue aumentar la frecuencia de contraataque”, dice
MAYOR INTENSIDAD
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