Cuesta ser optimista tras el nuevo tropiezo en Vigo, pero mientras hay vida hay esperanza y el Barça tiene la oportunidad hoy de demostrar que quiere luchar hasta el final ganando al Atlético en el Camp Nou
La pasada semana, tras el 0-0 en Sevilla que le costó el liderato por el ‘goal average’ particular con el Real Madrid y antes de recibir al Athletic, el mensaje ya estaba claro. El Barça no podía fallar más si quería ganar la Liga. Cumplió, sufriendo, contra el conjunto vasco (1-0), pero volvió a tropezar en una salida, el sábado en Vigo frente al Celta (2-2), y todo se le ha complicado más. Ya no sólo es el ‘goal average’ particular, ahora también está dos puntos por debajo del Madrid y hoy recibe a uno de los equipos que mejor se ha adaptado a la nueva Liga: el Atlético.
Más difícil todavía, pero no imposible. Aunque parezca un tópico, mientras hay vida hay esperanza y lo cierto es que el Madrid, aunque va sacando sus partidos adelante, tampoco muestra un gran nivel, como se vio en su soso 0-1 ante el Espanyol. Los dos candidatos al título no estaban bien en marzo antes del parón y siguen sin estarlo en junio en el regreso, pero los errores y las fatalidades penalizan más al Barça, por los menos de momento.
El Barça me gustó más en Vigo que en partidos anteriores. Buscó más la portería rival y creó bastantes ocasiones de gol, pero no supo equilibrar esa nueva situación. Su paso adelante ofensivo se vio acompañado, lamentablemente, de más huecos en defensa. El Celta también tuvo oportunidades y del 1-2 en el 88’, se pasó al 2-2 de Aspas y casi al 3-2 de Nolito en el 95’. La Liga ya podría estar perdida para el Barça si llega a entrar esa ocasión tan clara. Si es una nueva vida, hay que aprovecharla.
La realidad es que mucho tienen que cambiar las cosas para que el Barça sea campeón porque sólo quedan seis jornadas y el calendario no es sencillo. El Atlético es un contrincante temibles, y más en un Camp Nou sin público, y el Villarreal, siguiente rival, está siendo el mejor equipo de esta ‘mini-Liga’ de once jornadas.
Curiosamente, al Real Madrid le ha acabado beneficiando jugar sus partidos después que el Barça, conociendo el resultado. El posible efecto de presionar al rival sumando los tres puntos se convierte, cuando se falla, en una invitación a los de Zidane a competir con tranquilidad y seguridad. Fue una demostración más de que en el fútbol se suele hablar antes de tiempo
Al Madrid le está beneficiando jugar después del Barça: al fallar le quita presión
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