Iniesta, un grande y decisivo
El otro día Pitu Abril, director y presentador de La Portería de Betevé, me presta un libro de 1962: ‘Memorias de Helenio Herrera', con prólogo de su amigo el periodista Martín Gerard. Es un compendio de anécdotas y situaciones del que era conocido como ‘El Mago', que estuvo en muchos cubs, entre ellos el Barça, donde logró grandes éxitos y fue despedido fulminantemente y en especial, de su etapa en el Inter, la del Luis Suárez Balón de Oro y campeón de Europa en varias ocasiones. En un párrafo, don Helenio dice: “El fútbol moderno es velocidad, juega rápido, corre rápido, piensa rápido, marca y desmárcate con rapidez. Jugar individualmente es hacerlo para el adversario, colectivamente es para tu equipo. Jugar con simplicidad es hacerlo con velocidad. La clase y el prestigio deben ser confirmados en cada partido”. Casi 60 años después, son palabras totalmente vigentes. Lo que ocurre es que una cosa es la teoría y la otra que los jugadores sepan ponerla en práctica. En otro apartado cuenta que fue a ver la ‘Passió' de Olesa de Montserrat. En el descanso fue a saludar a los actores y uno de ellos le preguntó: “¿El próximo domingo un ‘2' en la quiniela? y él le contestó: “Si usted que es Dios no lo sabe, cómo me lo pregunta a mí?”. Carcajada general. Gràcies Pitu
HSe van cumpliendo aniversarios. No hace mucho fue el de Iniesta frente al Chelsea en Stamford Bridge, y el sábado parece que se cumplió el décimo del gol del propio Iniesta frente a Holanda que dio a España, ya en la prórroga para más tensión, el primer y único título mundial. Una de las características que tiene más atractivo del fútbol es la imposibilidad de prever o planificar todas las jugadas o situaciones que suceden en un partido. Iniesta es uno de los grandes jugadores que ha existido en este deporte, quizá se podría decir sucesor, precisamente de Luis Suárez, pero no es esencialmente un goleador. Sin embargo, dos de sus goles cambiaron la historia del Barça, que de estar fuera de la Champions, llegamos a conseguir los seis títulos, y la de la selección española, que casi sin pensarlo ganó en Sudáfrica. También por esto, el fútbol, al ser imprevisible, es más apasionante
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