Una cosa es ganar y la otra es hacerlo en modo festival

El Barça de Jasikevicius ha terminado la temporada de forma espectacular. Porque no sólo se trata de lograr títulos sino de cómo se consiguen. Y ahí, después del mazazo de perder la final de la Euroliga por la lesión de Calathes, por una dudosa gestión del partido y por dos pérdidas tontas en los últimos cuatro minutos, el equipo podía acusar el tremendo golpe. Y no ha sido así. Al contrario, el festival atacante del Barça ante Joventut y Tenerife está ya en los libros de récords y la forma de destrozar al Madrid en los dos partidos de la final, también. Concentración durante 40 minutos, defensa de altísimo nivel, ataque efectivo y un Jasikevicius que, en el Palau, culminó una obra de arte en la dirección del encuentro. Jugada a jugada, sus jugadores hicieron lo que él tenía en la cabeza en cualquiera de los dos aros. Una cosa es ganar, otra es arrollar y otra es hacerlo en modo festival. Además, ante el eterno rival que ha dominado el último lustro. Sólo hay que coger los gritos de Pablo Laso en el primer tiempo muerto mientras los invitados del Palau -los escasísimos abonados- estaban eufóricos para calibrar la magnitud de la tragedia blanca. Intentando picar el amor propio de sus jugadores, Laso les preguntaba repetidamente: “¿Habéis venido a este show?”. El festival duró cuatro cuartos. Un meneo que no se olvidará

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