DECIDE LUIS ENRIQUE
→ El técnico reflexiona qué es lo mejor para la selección, continuar un proyecto con jóvenes y con futuro o dejar paso a un sucesor: suenan Luis de la Fuente, de la Sub-21, y Marcelino
→ La relación entre el técnico asturiano, Luis Rubiales y Molina es de respeto, confianza y cariño, van a hablar sin dobleces y buscando lo mejor para España
→ “Las sensaciones son malas porque no nos pueden echar en octavos, tres Mundiales a la basura”, confesaban fuentes de la RFEF nada más ser eliminados. Luis Enrique está construyéndose una casa en la montaña donde poder disfrutar de la naturaleza y dar largos paseos con sus perros. El mar, las olas, el surf en la localidad de Gavà, cada vez más concurrida, formó parte de una etapa de su vida, ahora necesita estar más relajado, más tranquilo, más en contacto con los orígenes.
Será en este entorno donde el seleccionador decida qué es lo mejor para la Roja. La RFEF espera que la reunión pendiente entre Luis Enrique, Luis Rubiales y su director deportivo José Francisco Molina no se dilate más allá de este viernes para tomar un camino. Decidirá Lucho si su etapa en la selección acaba con la eliminación en octavos contra Marruecos o el ciclo de renovación merece dos años más de trabajo, como mínimo hasta la Eurocopa de Alemania. Ni al seleccionador ni a Rubiales les condiciona el que Luis Enrique acabe su relación contractual, la relación entre el asturiano y la RFEF se ha basado en la confianza, el respeto y el cariño. “Si por mi fuera seguiría toda la vida, si fuera por el cariño que me han transmitido siempre el presidente y Molina, pero debo reflexionar”, reconoce el seleccionador.
El técnico asturiano está tocado. En la tanda de penaltis prefirió estar solo en el banquillo sentado en uno de esos asientos de bólido de Fórmula 1 que abrazado a su staff técnico y a los futbolistas no designados para lanzar los penaltis. Allí, solo, en tensión, vio pasar el Mundial por su retina en unos minutos, el colapso contra Japón, su enfado posterior, sintió que había sido injusto con Pablo Sarabia, no había contado con él en todo el Mundial y lo escogía para lanzar el primer penalti.
La experiencia del Mundial le había apasionado a Luis Enrique. Vivió la Copa del Mundo como un niño en Port Aventura; bicicleta, familia, fútbol, un staff muy fiel, el streaming que le acercó al pueblo español, el fútbol total de la primera jornada y parte del encuentro ante Alemania y Japón. Había planificado el seleccionador este Mundial presentando a una selección protagonista en el juego, dominando el balón y los espacios, la posesión pero también la definición. Y es en este último aspecto donde España sufrió más: en la finalización.
Fuentes de la RFEF confesaban a este periódico que las “sensaciones son malas porque no puede ser que nos echen en octavos. Tres Mundiales a la basura…”. Pero Rubiales y Molina quieren escuchar a Luis Enrique y que sea el seleccionador el que exprese su intención. La española es una selección muy joven, jovencísima. Este Mundial quizás les ha llegado demasiado pronto porque aunque tienen mucho fútbol en sus botas, no tienen experiencia en situaciones como los diez minutos de bloqueo contra Japón.
Luis Enrique ve a este grupo con muchas posibilidades de crecer siguiendo un estilo de fútbol ofensivo y donde la solidaridad defensiva te hace más fuerte. En la RFEF lamentan que faltase “punch a la selección, gol en momentos clave”. Luis Enrique planteó perfectamente el Mundial de los grandes, es decir, como si España fuera a enfrentarse a selecciones con apuesta
ofensiva cuando la realidad de una Copa del Mundo es que combinados con menos recursos trabajan la faceta defensiva y física como argumentos para alcanzar el objetivo. Y Marruecos lo consiguió.
Luis Enrique siente que ha fallado a algunos futbolistas, eso es lo que más le pesa al seleccionador, no su idea futbolística y su concepción del juego. Seguramente los diez minutos en los que Japón da la vuelta al marcador y sella la derrota de la Roja sean los peores diez minutos de su vida como entrenador. Sabe Luis Enrique que esa derrota hizo que cayese el ánimo de la selección, trastocó los planes, condenó a España a enfrentarse a Marruecos, el peor equipo por su concepción futbolística y su estado anímico.
Luis Enrique va a reflexionar y después tendrá esa conversación franca con Rubiales y Molina. Será entonces cuando la RFEF podrá comunicar quién será el seleccionador a partir de marzo, cuando juega España su próximo partido. Sobre sus posibles recambios, los principales candidatos son Luis de la Fuente, técnico de la selección española Sub-21 y de la Olímpica, y Marcelino García Toral, cuyo último equipo fue el Athletic Club