Ceballos, héroe del club de las siete vidas
→ Cuando tenía todo en contra, el carácter del sevillano contagió al equipo
→ Quiso hacer el Real Madrid con su enfrentamiento copero ante el Villarreal como con los clavos. Que un partido bueno le sacara de la cabeza un partido malo. En este caso una final de Supercopa y, de paso, una crisis galopante. Y le salió bien. Además, por si fuera necesario echarle algo de épica a la misión, se la puso remontando un 2-0 porque este equipo ya ha demostrado en el pasado que no le van las medias tintas. O es imposible, o no lo intenta. Así, en la primera parte jugó a que el Villarreal le enterrara todo lo que quisiera -que bien pudo ser más de lo que fue si los de Setién hubieran tenido más mala leche en el área- y en la segunda, tras unos diez minutos de rigor, se propuso salir del ataúd a golpetazos.
Un pacto arriesgado pero, visto lo visto, efectivo. De recompensa tuvo un billete a cuartos con el que seguir vivo en una competición como la Copa del Rey y puede que una resurrección total del mal mes de enero que se venía viviendo en el equipo.
Una metamorfosis
Sea lo que sea, lo cierto es que a partir del primer gol merengue, obra de un Vinicius regresado de su gran sequía (no marcaba desde el 2 de noviembre), el equipo fue otro. Se olvidó de las dudas y recordó alguna certeza como la de que Dani Ceballos es un futbolista válido para este equipo. Punto ese que sumar al marcador de Ancelotti, que fue quien le puso sobre el césped. Las oportunidades del fútbol
Vinicius rompió una sequía goleadora que acumulaba desde el mes de noviembre
son infinitas y en el 85’, cuando todos quieren el papel de héroe, el centrocampista sevillano se lo adjudicó después de mucho tiempo en la sombra.
Suyo fue el gol definitivo pero también el carácter del que se impregnó todo el equipo que, por momentos, recordó al de la temporada pasada que esperaba al último minuto para dar el golpe definitivo y llevarse la victoria.
Y así, entre errores, que también los hubo, y aciertos, fue como salió el Madrid de las tinieblas y regresó a su condición de las siete vidas. De la única manera que se conoce en el conjunto blanco: a golpe de remontada ●
El Villarreal pudo hacer más daño en la primera mitad pero dejó vivo al Real