Pedrerol y las víctimas
Las ruedas de prensa sirven para crear estados de ánimo alrededor de un partido
Ayer, en Jugones, Josep Pedrerol dio paso al resumen de la rueda de prensa de Xavi Hernández previa al clásico de Copa. Lo hizo con contundencia: “Acaba de hablar Xavi y va de víctima”. Pero de la rueda de prensa, en el vídeo, solo sobrevivieron unas tristes locuciones troceadas, descontextualizadas y mal pegadas. La imagen tenía los contornos ennegrecidos alrededor del rostro del técnico. Sus frases estaban acompañadas de una música trepidante y lúgubre, con golpes sonoros graves que ponían énfasis a algunas palabras clave. Unos rótulos enormes en mayúsculas transcribían las expresiones de Xavi: “Para mí el Madrid sigue siendo el actual favorito”, “Es el actual campeón de Liga y de Champions” y el vídeo contaba seis veces la palabra “FAVORITO”, estratégicamente recortada y separada de su contexto. Después añadían otra frase: “Es una oportunidad de oro para nosotros, de ganar otro título”. Y a continuación, contaban las veces que había pronunciado la palabra “TÍTULO”. Después añadían más expresiones: “Me ponen este tipo de partidos”, “Me gustan”, “Me gustaría jugar”, “Me encantaría tener el balón en el centro del Bernabéu” y “Me encantaría” para cerrar el resumen. A esto, Pedrerol lo llama “ir de víctima”. Pero el victimismo, o más bien dicho, el clima de negatividad, venía dado por el tratamiento sombrío de la imagen y la música tétrica.
Las ruedas de prensa previas a los grandes partidos deberían ser útiles para construir un relato más argumentado sobre un deporte basado en la emoción. Pero se han convertido en la excusa perfecta para fabricar un estado de ánimo, especialmente cuando conviene subir la temperatura del encuentro.
Calentar los partidos está tan manido que no puede ser obvio. La tensión debe subirse de forma más sutil y, cuando la realidad no da mucho de sí, de manera prefabricada. Asignar a tu eterno rival el papel de favorito es un recurso antiguo, archiconocido, y con escasas consecuencias a estas alturas. Pero el lenguaje se ha vuelto sibilino. Afirmar que alguien “va de víctima” es atribuirle voluntad de manipulación, de distorsionar el relato. Sirve para crispar los ánimos con gratuidad. Con estas estrategias, la víctima, más que Xavi o el Barça, es el periodismo ●