Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Sabin trabaja con normalidad
La jornada matinal fue exigente y el urduliztarra participó como uno más tocando balón, aunque le trataron de su esguince de tobillo
La duda que se albergaba en la jornada de ayer era cuál sería el estado físico de Sabin Merino. El delantero vizcaíno terminó la prueba de Tarnos del pasado sábado con un leves esguince de tobillo. El caso es que el delantero de Urduliz tomó parte como uno más en la sesión matinal celebrada en Lezama, despejando así dudas acerca de su dolencia. Aun así, al comienzo de la misma fue atendido unos instantes por el masajista y se incorporó a la actividad sin problemas. Asimismo, al término de la labor estuvo hablando un buen rato con el preparador físico, José Antonio Pozanco, al parecer acerca de la misma cuestión.
Por lo demás, el primero de los entrenamientos de una semana cargada de actividad -no hay ningún día de descanso para la plantilla-, estuvo marcado por la intensidad. El trabajo empezó en el interior de las instalaciones y un poco antes de las diez y media de la mañana, los jugadores se desplazaron al campo número 5 para hacer una sesión marcadamente física y exigente.
Sin parar
Después de que se formaran tres grupos para hacer los rondos correspondientes, se empezó a trabajar la parte más física. Un grupo de jugadores estuvo haciendo carreras cortas por parejas hasta una marca establecida con una pica; a medida que se sucedían había que desplazarse un poco más lejos y a un buen ritmo. Previamente a esas carreras se hacían abdominales, se hacían ejercicios con una especie de balón medicinal y se tiraba de unos discos de pesas.
Entretanto, Valverde dispuso de un grupo de 12 jugadores que hacían una especie de rondo con constantes movimientos de balón que obligaban a un importante esfuerzo físico y colocarse con acierto. Una vez que estos futbolistas acababan, hacían las carreras antes mencio- nadas de sus compañeros. Por cierto, el aita de Laporte estuvo siguiendo la actividad.
Básicamente esta fue la actividad desarrollada por la plantilla, que una hora después de haber saltado al verde acabó la dura labor. A las seis de la tarde hubo otra sesión en Lezama