Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
El holandés volador
Hijo del ex piloto Jos Verstappen, Max es el último ‘niño prodigio’ de la Fórmula-1
Con 17 años y 166 días, Max Verstappen disputó el año pasado su primera carrera de F-1. Se convirtió así sobre el asfalto australiano de Albert Park en el piloto más joven en participar en la máxima competición de las cuatro ruedas: finalizó 11º y escribió la primera página de una ascensión vertiginosa hacia las mieles del éxito.
Max nació en 1997, año en el que Jacques Villeneuve se proclamó campeón del mundo a pesar del descarado intento de Michael Schumacher de sacarle de la pista en la última prueba en Jerez. El piloto alemán fue precisamente el compañero de su padre, Jos Verstappen, en la escudería Benetton en la temporada de su debut en F-1, en 1994. Durante aquel año inolvidable, el progenitor de Max vivió con alegría los dos únicos podios –tercer puesto en Hungría y Bélgica– que logró en sus ocho temporadas como piloto en la élite.
También le tocó presenciar el 1 de mayo de ese mismo año el fatal accidente que acabó con la vida de Ayrton Senna en el circuito de San Marino. En 2003, tras una campaña con más pena que gloria a los mandos de un Minardi, Jos Verstappen colgó el volante, tras concluir el GP del Japón en la 16ª posición y clasificarse 22º en el Mundial que encabezó Michael Schumacher tras una dura pugna con Kimi Raikkonen.
Hoy, este ‘niño prodigio’ de la F-1 llamado Max Verstappen es el último eslabón de una familia cuya religión es la velocidad y el peregrinaje por los circuitos. Todo empezó con su abuelo materno, descatado piloto de karts, habilidad que transmitió a su hija, Sophie Kumpen, también destacada conductora en esta misma especialidad.
Su matrimonio con Jos Verstappen no sólo indució a Max la pasión por la velocidad, sino que también se la transmitió a la hermana, Victoria-Jane –así es, ¡no podía llamarse de otra forma!–, que también demuestra unas condiciones innatas cuando se sienta en un kart. Biológicamente tocado por la varita mágica de la velocidad, el intrépido Max se sentó sin ningún tipo de complejo en uno de los bólidos de la escudería Toro Rosso, con Carlos Sainz como vecino.
Debutantes
Dos debutantes en la Fórmula 1 que se convirtieron en la pareja más joven del pasado campeonato al sumar entre ambos 32 años, es decir tres menos que Kimi Raikkonen y Jenson Button, uno menos que Fernando Alonso y Felipe Massa. Los pilotos de la escudería McLaren casi le doblaban la edad a los dos chavales de Toro Rosso.
La abismal diferencia de edad con la de buena parte del resto de la parrilla destapaba anécdotas muy sorprendentes y llamativas. Cuando Fernando Alonso ganó su primer cetro mundial a los man- dos de un Renault, Max tenía 8 años; 10 cuando lo logró Kimi Raikkonen al volante de un Ferra- ri; 11 cuando el cetro fue a parar a manos de Lewis Hamilton y su McLaren; 12 cuando Jen- son Button sorpren- dió a todos con- duciendo un BrawnMercedes; 13 cuan- do Se- bastian Vettel conquistó su primer títu- lo con el revolucionario e incon- testable Red Bull. Ese volante lo tiene ahora Max Verstappen precisa- mente entre sus manos y con el que dio el golpe definitivo sobre la mesa el pasado 15 de mayo en el Circuit de Barcelona-Catalunya. Con 18 años, 7 meses y 16 días se erigió en el piloto más joven en su- birse a lo más alto de un podio de Fórmula 1, arrebatando tal privi- legio a Sebastian Vettel
La velocidad corre por la sangre familiar con su madre, su hermana y su tío