Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Sin protección a domicilio
El meta hizo dos buenas paradas pero, como ante el Sassuolo, se vio expuesto HERRERÍN
Tercer partido oficial de la temporada para Iago Herrerín. En ‘su’ competición, en la Europa League. El guardameta reconocía en la previa en una entrevista en estas mismas páginas que “la espera se hace larga”. Aterrizaba en el Luminus Arena de Genk después de haber encajado tres goles en Italia con el Sassuolo y de haber dejado la puerta a cero ante el Rapid Viena en San Mamés. Los belgas también le hicieron dos impactos. Fuera de casa le llueven los goles, culpa del bajo nivel de protección de los leones en Reggio Emilia y en Bélgica.
Hay partidos en los que la campana para intervenir suena pronto. Le ocurrió ayer a Herrerín con un balón en profundidad del español Pozuelo a su capitán Buffel. Tuvo que salir con el pie al borde del área para zanjar la situación de peligro. Realizó un blocaje sin más problemas pasada la media hora en una falta botada por los belgas desde la izquierda de su ataque. Dos saques con el pie defectuosos, rasos y al medio, generaron cierta sensación de riesgo, porque en la parcela ancha había una especie de túnel en el medio que permitía a ambos conjuntos llegar rápido arriba cuando recuperaban la pelota.
Despeje antes del 1-0
Llegando al final de la primera parte llegó el 1-0. Lekue no estuvo fino en su acción defensiva, lo que permitió a Susic habilitar al peligroso jamaicano Bailey, que lanzó desde la izquierda como con una especie de rosca al segundo palo. Despeje corto de Herrerín, que cazó solo Brabec. También Karelis estaba junto a él sin oposición a la caza de ese rechace. El griego amenazó en un par de ocasiones a lo largo del encuentro, pero sin concretar sus disparos.
A la hora de partido llegó una acción curiosa. El portero rojiblanco despejó de puños una falta sacada por Susic desde la izquierda, salió del área y siguió el balón casi hasta la línea de banda, donde recibió la falta de Samatta. En el minuto 67, un mal despeje de Yeray, una pequeña mancha en su buen expediente de anoche, permitió a Pozuelo montar un buen disparo desde el borde del área. Herrerín sacó una buena mano, abajo y cerca del palo derecho de su portería.
Cuando no pudo hacer nada fue en el minuto 82. Un despeje de cabeza de Iturraspe, con la pasividad de varios compañeros unos metros fuera del área, lo enganchó el centrocampista Ndidi para batir al meta rojiblanco con un derechazo. El balón entró pegadito al poste derecho, a media altura. Aunque todavía tuvo que hacer un último servicio. El jamaicano Bailey recortó a Laporte por la derecha y encaró el arco del Athletic, lanzó fuerte pero no colocado y Herrerín se lo quitó de encima como pudo con los puños. Dos buenas paradas y dos goles encajados
A la hora de juego, despejó de puños, salió del área y sufrió una falta en la banda