Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Un Athletic demasiado incómodo
E l partido de ayer resultó ser uno de esos que los futbolistas suelen recordar durante tiempo, mucho más por la sensación de que nada de lo preparado iba a salir adelante que por la verdadera entidad del rival de turno. Lo cierto es que el Genk supo elaborar un entramado de juego, tanto en ataque como en defensa, que continuamente se le atragantaba a los hombres dirigidos por Ernesto Valverde. E n el apartado ofensivo, quizás a los bilbaínos les costó encontrar líneas de pase con la suficiente agilidad como para no resultar demasiado previsibles, además de no poder progresar con garantías hacia las cercanías de la meta rival. Con dos futbolistas de similares características en el centro del campo como San José e Iturraspe, el Athletic ganaba en presencia aunque echaba de menos dinamismo por dentro. Ahí intentaba aparecer Muniain recorriendo de fuera hacia dentro demasiados metros, como hiciera frente a la Real Sociedad. Pero casi siempre excesivamente estaba muy alejado del área rival como para poder hacer daño al equipo belga. D e cualquier manera, aún pudo adelantarse el Athletic por medio de Aduriz. Justo un rato antes de que el Genk consiguiese golpear al filo del descanso, por mediación de Brabec, tras un par de rechaces. Lo que sí era justo de reconocer fue sin duda la sensación de que el equipo belga no necesitaba demasiadas cosas como para hacerle daño al Athletic. Jóvenes y veloces, los futbolistas blanquiazules eran demasiado profundos como para poder relajarse defensivamente. Motivo por el cual la sensación de incomodidad planeaba continuamente sobre los rojiblancos.
P ozuelo era el encargado de lanzar a Bailey y Karelis, mientras a Williams ya Raúl García les costaba asomarse con claridad hacia el área rival. Además de este tipo de cuestiones, los locales resultaban airosos en todos y cada uno de los duelos individuales, exceptuando casi con toda seguridad a un ilusionante
Yeray, lesionado en la recta final, aumentando la incomodidad con la que ayer tuvieron que lidiar los bilbaínos. C on todas estas circunstancias, algunas relativas al juego y otras relacionadas con las lesiones, daba la sensación de que la noche no podía terminar de otra manera más que con la consecución de un segundo gol ante la meta de Herrerín, certificándose así una noche complicada para el Athletic. S ea como fuere, las distancias entre los cuatros integrantes del grupo en el que se encuadra el Athletic no son para nada insalvables. Reduciéndose, eso sí, el índice de error al mínimo si se quiere continuar disputando la Europa League. Será sin duda en San Mames donde el Athletic deba certificar sus opciones de pasar a la siguiente ronda, teniendo en cuenta que fuera de su feudo aún no parecen los bilbaínos demasiado solventes como para poder superar a sus rivales. Al menos hasta la fecha. Queda la mitad del camino por recorrer y no debe darse nada por terminado mientras el Athletic sea uno de los equipos contendientes