Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
San Mamés, segundo asalto
Al menos dos personas resultaron heridas en los altercados de ayer en los accesos al estadio
Tras la trifulca entre seguidores del Athletic y del APOEL de Nicosia que tuvo lugar el pasado miércoles en las inmediaciones del Teatro Arriaga, saldada con un chipriota herido leve, ayer se produjo el segundo asalto en los accesos a San Mamés. La llegada al estadio de los aficionados visitantes, escoltados por un fuerte operativo de la Ertzaintza, se vio alterada por la irrupción de un grupo de hinchas rojiblancos. Empezó entonces un intercambio de insultos entre violentos de ambos bandos, volaron botellas de cristal y al menos dos personas resultaron heridas. La policía tuvo que intervenir para sofocar el altercado.
La tensión se podía palpar en el ambiente desde las seis de la tarde en la Plaza Moyua, donde los seguidores del equipo chipriota se habían dado cita para desplazarse en grupo hasta el campo. Antes de las siete de la tarde partieron desde allí, protegidos por la Ertzaintza.
Hacían ruido, pero al principio sin provocaciones. A medida que se acercaban al estadio, eso sí, empezaron los insultos: “¡Puta Bilbao!”. Y a la altura de Sabino Arana, hicieron acto de presencia los
radicales locales. Empezaron a lanzar las primeras botellas. Los foráneos, bajo la protección policial, se envalentonaron y siguieron provocando. Hasta que la Ertzaintza consiguió dispersar a los alborotadores.
Lo peor, sin embargo, estaba por llegar. Al entrar en la explanada de San Mamés, otro grupo de violentos rojiblancos les estaba esperando. Ahí fue imposible evitar el enfrentamiento directo. Los unos se abalanzaron hacia los otros, saltándose la barrera policial. Empezaron las carreras, los empujones, los forcejeos, algún agente cayó al suelo... Tuvieron que recurrir a los porrazos para separarles. Hubo al menos dos heridos, pero la actuación policial evitó que la cosa fuera a más. En pocos minutos recuperaron el control.
‘Lluvia’ vergonzosa
Los aficionados chipriotas permanecieron varios minutos en el exterior del campo, mientras se identificaba a varios violentos, hasta que se les permitió acceder a San Mamés. Una vez dentro, también se hicieron notar. Aplaudieron con fervor la salida de su equipo a calentar y pitaron con todas sus fuerzas a los leones. También se escuchó algún ‘Puta Bilbao’. Cuando el balón empezó a rodar, se mostraron decididos a hacerse escuchar por encima de la hinchada rojiblanca. Pero esta no lo permitió. Les acalló animando más fuerte a los leones. Fue entonces cuando desde el sector de los seguidores visitantes empezaron a increpar a los aficionados bilbaínos que tenían debajo. Los locales tuvieron que resguardarse de lo que les caía de arriba. Llovían objetos, escupitajos... Vergonzoso. Otra vez tuvo que intervenir la Ertzaintza