Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Como Txingu no hay ninguno
Ernesto Valverde también tiene sus detractores. Lo que actualmente se conoce como ‘haters’. Tiene que haber de todo. Para gustos, los colores. Aunque con los números en la mano no se le puede poner ningún pero al entrenador rojiblanco. He nacido en 1985 y ni yo ni las generaciones posteriores hemos visto a un Athletic tan regular en materia de resultados como lo ha sido en las seis temporadas, contando la actual, en las que Txingurri se ha sentado en el banquillo de San Mamés. Esto es indiscutible. No hay opción a debate.
Valverde entró ayer en la historia del club bilbaíno en su duelo europeo frente al APOEL Nicosia. Alcanzó a Javi Clemente como el entrenador que más veces ha dirigido al Athletic. 289 encuentros. Casi nada. Y el domingo dará un pasito más. En Mestalla se quedará solo en cabeza con 290 compromisos.
Siempre al pie del cañón. Siempre cumpliendo. Siempre obteniendo resultados. Dejando a un lado las sensaciones y los gustos personales, los números avalan el trabajo de Valverde. Sin esconder que también ha tenido algún que otro lunar. Pero ahí está su currículum y a ver quién es el ‘guapo’ que lo supera o que lo iguala.
En cuatro de sus cinco temporadas, Txingurri ha obtenido el billete europeo vía Liga. Que al fin y al cabo es el objetivo del Athletic de cada año. Quintos, novenos, cuartos, séptimos y quintos. En la sexta, por el momento, octavos. Míster regularidad. Por comparar. La peor campaña de Valverde con el conjunto bilbaíno en el torneo de la regularidad en sus cinco cursos completados es mejor que la más destacada de Bielsa (10º y 12º) en sus dos ejercicios.
¿Seguirá?
El gasteiztarra también tiene sus puntos negros. Gimnástica de Torrelavega, Austria Viena o Torino. Sin embargo, de su mano, el Athletic volvió a celebrar un título 31 años después. Menor, sí. Pero un trofeo más en las vitrinas. Y solo dos lastimosas tandas de penaltis frente a conjuntos sevillanos impidieron a la escuadra zurigorri soñar con algo más con Valverde a los mandos.
La gran incógnita en el universo Athletic es saber si Txingurri seguirá en San Mamés la próxima campaña. Una pregunta para la que solo el propio protagonista tiene respuesta. Incluso puede que ni él mismo la conozca a estas alturas. Estudiará todo con mimo y detalle. Que a nadie le quepa la menor duda. Lo que es innegable es que los ciclos existen. El preparador reconoció en verano que es difícil motivar a una misma plantilla por cuarto año consecutivo. Un ‘problema’ que es bidireccional. A los futbolistas también les cuesta asimilar conceptos.
Valverde hace de la normalidad su principal virtud. Es un tipo tranquilo, reflexivo. De los que no abundan en un mundo del fútbol tan frenético. En los últimos tiempos, hay un sector de la afición bilbaína (mínimo) que es muy crítico con su labor. Sinceramente, ni comparto sus motivos ni los entiendo. Nunca ha gozado de una química especial con San Mamés como por ejemplo la han tenido Luis Fernández o Bielsa. Tampoco lo entiendo. Quizá sea por su manera de ser en el banquillo. Más pausado, menos eléctrico.
No tengo ninguna duda de que Valverde es un entrenador top a nivel mundial. Eso sí, hace menos ruido que otros. Si de mí dependiera, le renovaría de por vida. Ahí están los números. Cantan a su favor. Esa es la ‘cruda’ realidad de Valverde en el Athletic. Como Txingu no hay ninguno