Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
La noche de los reconocimientos a Leo Messi
Del tifo del club a los homenajes espontáneos de la afición
No era el mejor día para homenajes, pero era el que deparó el calendario, puesto que Leo Messi decidió marcar su gol número 500 para ganar en el Santiago Bernabéu. Ni la hora, en día laborable, ni la lluvia, ni el rival hacían presagiar una gran asistencia de público en el Camp Nou. Pero era el día del homenaje a Messi por su quinto centenario goleador y muchos no se lo quisieron perder.
Los que pudieron llegar al estadio con antelación se hicieron fotos de recuerdo junto a un gran cartel conmemorativo de los 500 goles del crack azulgrana. Y los más pequeños se pintaron la cara con los colores del club y también con el simbólico número 500.
El club había preparado un tifo en la grada lateral, una bandera gigante que se tenía que desplegar coincidiendo con la salida del equipo al campo. Fue el primero de los muchos homenajes que el Camp Nou le tributó ayer a Leo Messi. La banderola gigante era sencilla, con la fotografía del argentino celebrando un gol señalando al cielo y un mensaje de agradecimiento: “500 gols. Gràcies Leo”.
Unos minutos después del homenaje oficial, llegó el primer reconocimiento espontáneo por parte de la grada. En el minuto 10, dorsal del argentino, y a iniciativa de la Grada de Animació, el Camp Nou se puso a corear el nombre de Leo Messi. Fue una iniciativa espontánea de la gente, que tiene pinta de convertirse en toda una tradición. Después de un minuto escuchando cómo la grada coreaba su nombre y le aplaudía, el argentino se lo agradeció a su manera, marcando el primer gol de la noche.
Fue en el minuto 11, con una suave vaselina por encima de Sirigu, que recordó al primero de sus 500 goles, al que le marcó en la otra portería a Valbuena, portero del Albacete. Sólo habían pasado once minutos y la pancarta de los 500 tantos ya había caducado.
También fue un homenaje espontáneo de la grada la celebración de muchos seguidores cuando Messi marcó el primer gol del partido. Numerosos aficionados se quitaron rápidamente la camiseta del Barça y la mostraron, emulando el gesto del crack el pasado domingo en el Bernabéu. Una curiosa celebración que se repitió después en diversas ocasiones durante la tarde noche de ayer.
Un rato después del 501, llegó el 502. Un gol marca de la casa, un disparo con rosca que superó al portero de Osasuna y que distancia a Messi aún más de sus perseguidores en la lucha por el Pichichi. Con los dos de ayer, son ya 33 los tantos que suma el azulgrana en la Liga. No sólo es el máximo goleador del campeonato nacional, sino que también es aún más líder en la clasificación de la Bota de Oro, puesto que ya aventaja en cinco tantos al segundo clasificado.
Con el partido resuelto, Luis Enrique decidió darle un descanso a
Messi. El argentino fue sustituido por Carles Aleñà y se llevó la gran ovación de la noche y el último homenaje de una jornada inolvidable para el argentino. Se machó corriendo, aunque a medida que se acercaba a la banda se fue frenando, para disfrutar del momento. Levantó la cabeza, agradeció y devolvió los aplausos de la grada. Los gestos de Messi hacia el público, como el de la camiseta del Bernabéu, demuestran el compromiso de Leo con el Barça, su complicidad con la afición y el amor que siente por los colores del club de su vida.
Como sucedió el día del Sporting, también jugado entre semana y con un resultado casi idéntico (6-1), el técnico le volvió a dar descanso al crack, pensando esta vez en el derbi de Cornellà del sábado.
Después se les vio a ambos charlando en el banquillo, tras el gol de Mascherano.
Más allá de Messi, el Camp Nou, al que acudieron 63.989 espectadores, una de las peores entradas de la temporada, premió a Rakitic y Ter Stegen en diversas ocasiones por su actuación en Madrid, cambió los pitos de otros días por aplausos para André Gomes y coreó el nombre de Piqué, para que nadie olvide que comparten todo lo que dice el central azulgrana