La cosa se pone cara

Al margen de consideraciones sobre el nivel futbolístico exhibido por los leones, lo cierto es que el Athletic está en el buen camino para cumplir el objetivo marcado en esta Liga, que no es otro que meterse un año más en Europa. En realidad, el equipo rojiblanco lo tiene casi hecho, porque a falta de cuatro jornadas tiene prácticamente garantizado, al menos, ser séptimo al final del campeonato y esa plaza dará derecho a disputar la Europa League si el Barça derrota en la final de Copa al Alavés, algo que parece más que probable.

Otro cantar es hacerse con la quinta posición, que evita tener que disputar esas molestas y rondas previas en verano, algo que obliga a adelantar la preparación y suele ser perjudicial en el posterior rendimiento de los equipos cuando empiezan a acumularse los meses de competición. En esta ocasión, terminar por debajo de los cuatro primeros que irán a Champions se está poniendo muy caro por la competencia que suponen el Villarreal y la Real, dos conjuntos que tampoco están dispuestos a fallar en este tramo final. La pasada campaña, los leones fueron quintos con 62 puntos y a falta de doce por disputar el ‘Submarino amarillo’ ocupa esa posición con 63, por 59 de los rojiblancos y 58 del conjunto txuri urdin.

Al Athletic le toca, por tanto, hacer un último esfuerzo para seguir sumando puntos sin parar. Mañana mismo en Balaídos, ante un Celta que tiene la vista puesta en el Manchester United y hará rotaciones. Luego tendrá que ir a pescar a Mendizorrotza contra un Alavés siempre rocoso y después no puede fallar en casa frente a un Leganés que probablemente llegará salvado. La última jornada en el Calderón será otra historia en un campo donde no suele ser fácil puntuar