Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Atascados ante diez
El empate ante el Eibar constata las dificultades de los de Pellegrino cuando tienen que asumir el mando ante rivales en inferioridad
El Alavés está demostrando a lo largo de este curso su facilidad para complicarse la vida cuando debe afrontar partidos en los que cuenta con superioridad numérica por la expulsión de un rival. Los 65 minutos disputados el jueves ante el Eibar son la mejor constatación de los problemas que tienen los de Pellegrino cuando no tienen más remedio que tratar de hacer saltar por los aires la defensa rival. Durante esa hora larga de encuentro ante un Eibar disminuido, por la expulsión de Asier Riesgo, no encontró el antídoto El Flaco para superar las dos líneas de cuatro hombres y un único punto que dispuso José Luis Mendilibar.
Esa variante táctica fue la que empleó el conjunto armero para arañar un punto en Mendizorrotza y descabalgar al Alavés de la carrera por el octavo puesto liguero como aliciente que sefijaron los de Pellegrino para la recta final de la competición regular.
Mal conocido
La situación no es nueva para un Alavés que ha evidenciado a lo largo de la campaña los problemas que presenta en la generación de juego cuando un rival se le planta en Mendizorrotza bien cerrado en defensa. En el otro derbi ante un rival guipuzcoano, como fue la Real Sociedad, volvió a incidir en los mismos males. Los hombres de Eusebio se quedaron con un hombre menos en el minuto 68, por doble tarjeta amarilla para Esteban Granero. Por fortuna para los locales, el duelo estaba ya encarrilado, con el tanto de Deyverson al filo del descanso. En esos 22 minutos finales ante los txuriurdin, padeció una auténtica tortura el Alavés al no ser capaz de retener el balón más de media docena de pases y verse a merced del movimiento de balón de los donostiarras. Al menos la fortaleza defensiva de la que siempre hace gala el cuadro de Pellegrino le sirvió para salvar ese triunfo y espantar fantasmas con una igualada.
El jueves ante el Eibar volvieron a aparecer los mismos problemas, generados sobre todo con la poca velocidad a la hora de mover el balón en el centro del campo para superar con velocidad la bien plantada defensa armera. En ese aspecto se le vio molesto e incómodo sobre el césped a Marcos Llorente, el faro en la creación de juego que no terminaba de asimilar las ideas tan obtusas que esgrimieron los de Pellegrino a la hora de superar el muro eibarrés.
Ante la Real Sociedad y Eibar han sido las ocasiones más evidentes en las que los alavesistas han tenido la mayor cantidad de minutos en superioridad. También en Las Palmas afrontaron los cinco minutos finales con un hombre más por la expulsión de Livaja. Está claro que este Alavés, parafraseando a Helenio Herrera, juega mejor ante once rivales que ante diez