Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
UN CRUCE CON IDA Y VUELTA
La superioridad de los leones antes del descanso, tanto de Laporte incluido, pasa a mejor vida en la segunda parte La incorporación de Rivaldinho, con golazo al estilo de su padre añadido, obliga a los leones a apelar a San Mamés
San Mamés dictará sentencia. Visto el primer tiempo del partido de ayer en Rumanía daba la sensación de que el Athletic podía dejar hasta sentenciada la eliminatoria en Bucarest. El gol de Laporte, fruto de la estrategia, dio empaque y seguridad a los leones. El arranque de la segunda mitad, con el hijo del mítico Rivaldo a ras de césped, vino a demostrar todo lo contrario. El tremendo zapatazo de Rivaldinho sirvió para firmar las tablas.
Los rojiblancos empezaron como dominadores de la contienda, pero acabaron dominados. El descanso sirvió como punto de inflexión. Contra, con todo perdido o casi, se olvidó de su táctica conservadora y optó por ordenar a sus hombres dar un paso hacia delante. La comodidad bilbaína pasó así a mejor vida.
Pareció por momentos que los locales podían ser capaces hasta de dar la vuelta al marcador. Iago Herrerín, titular en su regreso a Bilbao dada la falta de rodaje de Arrizabalaga, cumplió con su labor. Sus compañeros también supieron reaccionar a tiempo. Todo, marcador incluido, se quedó a medias en cualquier caso. El Athletic, eso sí, tiene una semana por delante para ponerse las pilas y demostrar su teórica superioridad ante la afición bilbaína.
Control y descontrol
Contra optó por variar su sistema de juego. El técnico rumano, pese a jugar en casa, optó por un repliegue intensivo con una defensa de cuatro, un pivote a caballo entre la zaga y una línea media de cuatro y un único punta. La indisimulada intención de los locales consistió en esperar atrás a los leones.
Ziganda, en su debut oficial, apostó por una fórmula prácticamente similar a la de Valverde. El navarro recurrió al clásico 4-2-3-1 con la presencia de Vesga junto a Beñat como principal novedad respecto a la pasada campaña. Etxeita y Susaeta, este en calidad de capitán, recuperaron su puesto en el once dadas las bajas de Yeray y Williams.
Los bilbaínos se tomaron las cosas con relativa calma. La paciencia fue una de sus mejores cualidades frente a su atrincherado rival. La estrategia, cómo no, les sirvió para
marcar las diferencias. Etxeita la tuvo primero de cabeza y después, en torno al minuto 20, prolongó el balón a saque de córner de Beñat para que Laporte abriera el marcador. Raúl García, a pase de Aduriz, a punto estuvo de hacer el segundo antes del descanso. Si todos los leones centrasen igual de bien que el donostiarra...
Contra arrancó en la segunda mitad con Rivaldinho en el once. Los rumanos, con nuevo sistema (4-4-2), dieron un paso adelante y empezaron a atacar. En pleno acoso local, el hijo de Rivaldo empató con un tiro que bien podría haber firmado su padre.
Los leones tuvieron dos claras opciones en la pierna de Aduriz y la cabeza de Muniain para hacer el segundo. Ziganda, consciente de la situación, empezó a dar oxígeno a su equipo con las incorporaciones de Lekue, Rico y Sabin Merino. El Athletic ya no dio para más