Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Incidente revelador
EL PIQUE ENTRE NEYMAR Y SEMEDO en el entrenamiento fue revelador. Quedaron claras muchas posturas. El brasileño está de los nervios. Es lógico. Tanta duda provoca estrés. Semedo vaa tope. No está aquí para pasar el rato. Va a por todas. Tiene hambre y compite al máximo cada segundo. Es posible que si no hubiera sido un jugador nuevo, el incidente no hubiera pasado a mayores, pero la reacción de Neymar posterior al pique indica que está viviendo en tensión.
LA POSTURA DE VALVERDE es perfecta. Los amantes del autoritarismo le cuestionan no haber intervenido al momento. El técnico sabe cómo se siente un jugador en un pique de este estilo. Hizo lo correcto. No darle demasiado importancia en caliente. No es que crea que Neymar se va a ir, es que la forma de solucionar los conflictos no siempre pasa por sacar a pasear la autoridad. Los entrenadores y los clubs se incomodan cuando pasan estas cosas, por eso cierran los entrenamientos a las cámaras y acaban pasando sus propias imágenes de risas y bromas que nadie se cree, porque todos los clubs hacen lo mismo. Está bien querer vender el mundo feliz pero todo el mundo sabe que hay otro real.
MANTENER A LOS JUGADORES en una burbuja es una opción que ha dado rendimiento a algunos entrenadores. A veces es necesario bunkerizar el vestuario ante ataques externos, pero después que nadie se queje de que los futbolistas manden mucho. Si se les mete en la burbuja después cuesta que entiendan que deben ir representando al club en otras cuestiones. La relación entre los futbolistas y los clubs debe ir variando. No es una cuestión de quién manda más sino de qué es mejor para la institución. Los jugadores son marcas personales dentro de una marca más grande. Las redes sociales han permitido una comunicación personalizada, pero hay una cosa clara: nadie habla si no quiere hablar. Y eso no lo puede cambiar ningún soporte por muy moderno que sea