Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
‘Eskerrik asko, Haimar’
Zubeldia recibió durante toda la jornada el cariño de los aficionados y el respeto del pelotón
Decía Abel Barriola el día de su retirada hace algo más de un mes que el mayor premio que se llevaba en su carrera profesional no eran las txapelas conquistadas, sino el cariño que le había mostrado el aficionado y el respeto de sus compañeros. Haimar Zubeldia repitió lo mismo el día de su adiós, un día en el que pudo comprobar que su trayectoria en el pelotón ha calado en la gente y entre sus compañeros mucho más que sus contados triunfos.
El de Usurbil vivió una jornada que seguramente no olvidará y lo hizo siempre con una sonrisa en la boca pese a que por momentos, sobre todo en el momento del control de firmas, se vio rodeado de aficionados que le pedían una firma, una foto o que tan solo querían tocarle. “Intentaré disfrutar de este día cada minuto porque es especial, aunque sé que con el tiempo lo valoraré más”, señalaba un Zubeldia abrumado que afirmaba sentirse “raro” desde primera hora de la mañana. Él fue sin duda el gran protagonista de la mañana junto a un Mikel Landa que fue el único capaz de robarle cierta atención de los aficionados tras su extraordinario Tour de Francia.
Su peña ‘Haimar Zubeldia Taldea’ estuvo acompañándole en todo momento. Ataviados con camisetas rojas no pararon de animarle y se rompieron las manos a aplaudir cuando subió al escenario con su equipo para la tradicional presentación.
Ese fue el momento elegido para que su compañero Bauke Mollema, ganador del pasado año, le cediera simbólicamente el dorsal 1 en otro gesto que denota claramente el respeto que durante estos años se ha ganado Zubeldia en el pelotón.
Luego, rumbo a la salida, el usurbildarra, escoltado por el alcalde de Donostia, Eneko Goia, encabezó el pelotón para recibir un aurresku de honor tras el cual el grupo se puso en marcha.
Muchas emociones se entremezclaron durante el recorrido. Especial fue sin duda el paso por Usurbil, su localidad natal, con el pueblo agolpado en las aceras para aplaudir a su corredor. También por Zarautz, donde reside. En Jaizkibel, en Arkale, Zubeldia pudo ver escrito su nombre sobre el asfalto junto a la leyenda ‘Eskerrik asko’ que también lucía en cientos de banderolas. Era sin duda la mejor forma de darle las gracias por estos 20 años.
El corredor del Trek-Segafredo, fiel a sí mismo, se mantuvo en el grupo de cabeza hasta que la carrera se decidió en Murgil Bidea. Allí, Zubeldia no pudo seguir el ritmo de los mejores, llegando a meta en el puesto 29, a un minuto y medio del grupo encabezado por Michal Kwiatkowski.
En su rostro había cierta satisfacción, obviamente cansancio y seguramente los primeros síntomas de añoranza tras ser consciente de que tras 20 años había puesto pie a tierra. Eso sí, no tuvo mucho tiempo para darle vueltas al tema, seguramente eso queda reservado para esta noche cuando
“Intentaré disfrutar de este día cada minuto”, aseguró Zubeldia antes de salir
Estuvo con los mejores hasta el ataque de Landa y finalizó 29º
su cabeza repose en la almohada, o quizás para los próximos días. Quién sabe.
Con su padre y su mujer
Tras cruzar la meta llegó el último homenaje. Zubeldia subió al podio para recibir la penúltima ovación de los aficionados allí agolpados. Su padre le entregó una txapela, su mujer Josune el ramo de flores y junto a Kwiatkoswski, Gallopin, Mollema, Loïc Chetout -ganador de la Montaña- y Mikel Landa recibió un segundo aurresku de honor subido a lo más alto del podio. Mucha emoción.
No fue sin embargo Haimar Zubeldia el único ciclista que se retiró ayer. También deja el pelotón otro histórico como Ángel Vicioso, víctima de un atropello hace apenas dos semanas y que también a los 40 años ha decidido poner pie a tierra.
Tanto él como Haimar pasarán ahora a engrosar la nómina de cicloturistas, aunque Zubeldia ya ha dejado claro que su futuro pasa por seguir ligado, de alguna manera, al ciclismo. Seguro que en breve tendremos noticias al respecto