Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
“Para que tu estrella nos guíe”
Los primeros equipos del Athletic, capitaneados por Markel Susaeta y Ainhoa Tirapu, realizan la tradicional ofrenda a la Amatxu de Begoña
El Athletic realizó ayer, pasada la una y media del mediodía, su tradicional ofrenda a la Amatxu de Begoña. Un sencillo acto que apenas duró un cuarto de hora en el que los primeros equipos rojiblancos, capitaneados por Markel Susaeta y Ainhoa Tirapu, acudieron a la Basílica para pedir la bendición de la Patrona del Señorío de Bizkaia. A cambio, según el discurso pronunciado por Josu Urrutia, se comprometieron a hacer “todo lo posible por regresar con un trofeo que ofrecerte”.
El himno rojiblanco interpretado a través de las campanas dio la señal de entrada al templo. Allí, además de realizar la ofrenda y pronunciar los mejores deseos para la nueva temporada, se guardó un minuto de silencio en memoria de los socios y aficionados del club fallecidos en el último año.
El discurso de Urrutia, que tomó la palabra después del párroco José Luis Atxotegi, se rigió por una analogía con los marineros de la costa vizcaína, que “durante siglos acudían a este templo con el mismo espíritu que nosotros, para que la estrella de la Amatxu de Begoña nos guíe en nuestras expediciones”.
Los jugadores y jugadoras del Athletic se disponen a hacerse a “la mar de la competición”. “No sabemos si regresaremos con grandes capturas o las bodegas semivacías, pero sí que iremos con el mismo espíritu de los últimos años. Con respeto, porque la competición puede ser traicionera al igual que la mar, pero con la esperanza de que con tu ayuda sortearemos los obstáculos”, afirmó.
Urrutia, por último, aseguró que “haremos lo posible por regresar con algún trofeo que ofrecerte, Begoñako Andra Mari, aunque sabemos que no hay ganancias para todos”. “Cuando termine la tem-
porada cada barco hara recuento de sus victorias y sus derrotas, regresaremos con más o menos triunfos que el resto e intentaremos que sean los máximos posibles, conscientes como somos de que de todos esos barcos y tripulaciones somos los únicos que se pueden cerciorar de verdad de volver a casa”, subrayó.
Tras estas palabras, llegó la ofrenda. Una camiseta, portada por Susaeta, y un balón, mostrado por Tirapu, que colocaron encima de un pequeño altar adornado con la bandera del Athletic, sobre la que descansaban los dos últimos trofeos: el de la Supercopa masculina y la Liga femenina.
Directivos, técnicos, médicos, jugadores, jugadoras y otros representantes destacados del club, como José Ángel Iribar o Carlos Gurpegi, fueron testigos de este sencillo acto, arropados también por decenas de aficionados entre los que destacaba una nutrida representación de niños que al acabar se fotografiaron con sus ídolos dentro y fuera de la Basílica