Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Pocas concesiones ante el equipo griego
Importante el envite europeo el que tiene hoy el Athletic en medio de las fechas de semana grande en Bilbao, mucho más propicias para festejar el pase a la fase de grupos que para soportar la desilusión que sería no conseguirlo. No es lo mismo jugar con confianza que hacerlo confiado, ahí está la diferencia de lo que muestra un equipo sobre el terreno de juego. Es por ello que los bilbaínos deben cerrar desde el comienzo todas aquellas puertas futbolísticas reservadas para lo táctico, evitando así el peligro que supone dejar que el Panathinaikos llegue a desarrollar el fútbol que ya mostrara durante una hora en el partido de ida.
Bien en el manejo de balón y con buena disposición de futbolistas en casi todas las líneas de pase tanto interiores como exteriores, los helenos intentarán llevar el partido hacia la sensación de juego al pase con la que superaron por fases al Athletic hace una semana. Quizás allí los rojiblancos mantuvieron el equipo demasiado largo en su disposición, con la consiguiente distancia entre líneas, habilitándose por ende demasiados caminos hacia la portería de Herrerín.
El resultado final de la ida vino más por un arranque de casta y decisión para hacer un gol que metiese a los de Ziganda en la eliminatoria que por un buen ajuste de la circunstancia anteriormente comentada. Esa característica la tiene el Athletic, pero debe acompañarla del orden necesario para encarar todos esos otros minutos reservados para el movimiento de fichas sobre el tablero. O se aprieta rápido tras pérdida para que el contrario no juegue cómodo la transición o se repliega para juntar líneas y desde allí bascular con sentido hasta encontrar el momento del robo.
El concurso de los hombres de arriba del Athletic en el apartado defensivo volverá a ser clave. No quizás para robar directamente, sino para provocar la recuperación de los hombres que vienen por detrás. De este modo, puede conseguirse alargar mucho más el partido y llevarlo a un ritmo controlable, máxime a estas alturas de la temporada donde los partidos de ida y vuelta suelen castigar mucho a los jugadores.
Otro flanco de ataque que descubrieron los bilbaínos en el partido de ida fueron los problemas que tuvieron los griegos a la hora de defender los balones diagonales entre central y lateral. Sin necesidad de ganar línea de fondo por fuera, los exteriores de Ziganda tienen una buena opción de hacer volar balones hacia esos pasillos, máxime con la buena lista de llegadores con los que se cuenta.
Todo esto está bien sobre el papel, aunque lo más importante será llevarlo a cabo en el campo con abstracción de otros detalles que puedan distraer. No tiene nada asegurado ningún equipo en esto del fútbol, aunque tratándose del Athletic lo que sí se pueden presuponer con fiabilidad serán los arranques de ritmo y velocidad con los que se suele trabajar en este tipo de noches europeas