Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)

“ESTE AÑO ME HE GUSTADO”

Marc Márquez Seis veces campeón del mundo de motociclis­mo

- Elvira González / Circuit de Rufea (Lleida)

Marc Márquez atiende a este ‘one to one’ con Mundo Deportivo durante el Allianz Junior Motor Camp. Se implica las 24 horas, duerme en el mismo hotel que sus ‘alumnos’, y entre entrevista y entrevista sigue con un ojo puesto en ellos ¿Qué le aportan los chavales de su campus? Yo soy uno más, sólo me salté un desayuno porque me quedé dormido. Estos días si no hubiesen estado los niños hubiese estado como muerto porque voy reventado, pero al estar ellos me activé. Me dan energía y felicidad, cuando acaban te abrazan, significa que se lo pasan bien y es emocionant­e. En tres días no se va a crear ningún campeón, pero les enseñamos a convivir, disciplina fuera de pista, las proteccion­es, y técnicamen­te aprenden cositas. Y ya da sus frutos porque el campeón de motocross 85cc 2017 es Eddy Wade, que el pasado año estuvo en el campus.

Ya se le veía que lo hacía diferente y este año también hay un par que van muy, muy rápido. Con Wade coincidí en la Gala FIM y me hizo ilusión compartir foto en mis redes sociales los dos como campeones. Pero también te digo que no lo creamos nosotros, no nos podemos colgar esta medalla, estuvo aquí, lo disfrutó. Y me decía ‘puedo venir otra vez’. Le dije hombre ya no, pero ven un día y les enseñas a ellos. Al final va a convertir Rufea en el ‘The Ranch’ de Rossi.

De momento, es como mi sitio de entrenamie­nto y mi psicólogo, vengo aquí, en este caso con niños, pero entre carrera y carrera también vengo solo, con los míos, desconecta­ndo y me hace estar activo.

Este título lo ha sufrido y hasta perdió pelo. ¿Cuántas veces este año se ha sentido sin energía?

Es normal que al final de la temporada te vacíes y cuando la terminas tienes ganas de parar, pero sobre todo me vacié mucho al principio de temporada. En verano me rehice un poco, y la segunda parte de la temporada fue más intensa pero más divertida. No me terminaba de vaciar porque me lo estaba pasando bien. Pero en la primera los resultados no venían y lo estaba pasando mal.

¿En algún momento creyó que podía ser un nuevo 2015, el único año en que se quedó sin el título desde que está en MotoGP?

Entre Le Mans y Mugello la cosa estaba complicada. No veía el título perdido, porque nunca lo he visto perdido, pero no estaba disfrutand­o encima de la moto. No veía que pudiera ser otro 2015, pero sabía que se me iba a hacer una temporada muy larga. Y ahí fue cuando me planteé cambiar la estrategia.

¿En qué consistió ese click?

No fue un click de ‘venga va a partir de ahora me voy a divertir sobre la moto’. Es una consecuenc­ia. Tuvimos un test en Montmeló, dimos muchas vueltas, tuvimos tiempo para probar muchas cosas, un chasis un poco diferente que ya llevaban otros pilotos Honda. Lo que buscaba era una sensación diferente, un revulsivo. No tanto algo que fuera mucho mejor, sino algo que fuera diferente y enfocar los entrenamie­ntos y las carreras de otra manera.

¿Por qué ellos llevaban ese chasis y usted no?

Yo llevaba el mismo del 2016, pero los neumáticos Michelin fueron en una dirección y yo en pretempora­da ni lo probé. Y cuando llegas a un punto que no te lo estás pasando bien pruebas otras cosas. Si te digo la verdad lo probé por probar, para buscar el revulsivo. La situación que vivía me hizo probar ese chasis y no es que recién probado fuera más rápido. Tenía una sensación diferente y pensé ‘lo mantengo’. Quizás esta pretempora­da pruebo otra vez el otro, pero de momento no tocaremos nada. Aunque usted el pasado año se llevó el título insistió a Honda para que hubiera un cambio en la concepción del motor, de screamer a big bang, y ajustarlo lleva un tiempo. ¿Eso también influyó en el estrés inicial? En mi equipo éramos consciente­s que era la dirección y que algún año se tendría que hacer. Cuando llegó el nuevo motor en los circuitos de la pretempora­da estábamos en el mismo nivel que con el otro (screamer con válvulas contra rotantes). Eso quiere decir que si nada más empezar estás al mismo nivel que el otro es que tiene más potencial si lo trabajas. Te metes y una vez metido a veces se enreda y nos pasó en un test. Ya sabíamos que eso puede pasar. No es lo mismo en pretempora­da, que tienes muchas vueltas para dar al día en el test, que en un Gran Premio con sesiones marcadas y tienes que cambiar rápido las cosas. Hasta que no lo entendimos y cogimos una buena base nos costó.

¿Qué nota se pondría este 2017?

Ha terminado de la mejor manera y al terminar con el título de 9 hacia arriba, así que 9 o 9,5. El 10 nunca existe y en este caso sobre todo porque la primera parte no fue buena y aparte he hecho tres ceros, en realidad dos porque uno fue el motor, y siempre contra menos mejor. Un 9,5 porque al final acabamos con el título una temporada muy difícil. El año pasado no se gustaba mucho con la calculador­a en la mano. ¿Está contento de haber recuperado el estilo Márquez?

El año pasado no me gustaba, no, y en cambio este año me he gustado. Carreras, aunque las pierdas, como Austria, Japón valen la pena. El pasado año hubiera hecho segundo y ya está. Y este año quedé segundo igual, pero al menos lo probé y cuando acabé la carrera me quedé tranquilo. No pude ganar, pero yo lo probé. Eran carreras que iba muy al límite, pero lo probaba hasta el final a ver qué pasaba.

¿De los seis, éste es del título que está más satisfecho?

Cada título se valora mucho, pero éste es uno de los títulos de los que estoy más orgulloso. Todo estuvo muy apretado, la segunda parte de la temporada ganaba yo o ganaba Dovi, no había otro, estábamos súper igualados.

Yo aún me acuerdo de Motegi el pasado año cuando dijo “y ahora vamos a por la segunda manita”. Ya está más cerca de los 10.

No (risas). La hemos empezado, pero no quiero marcarme ningún número. Cada año tendré las ganas y habrá la presión de luchar por el título. Si se consiguen o

no es otra cosa. Es un deporte en el que depende de muchas cosas. No es sólo el factor de si entreno más iré más rápido. El pasado invierno usted hablaba de la posibilida­d de tener que operarse por las continuas subluxacio­nes de hombro al terminar la campaña ¿Está resuelto el tema?

Antes de Valencia fui al doctor Mir a revisarme los dos hombros y de momento todo está muy bien y no hay que operar, podemos esperar. Puede que se vuelva a salir pero es que la operación de hombros es muy agresiva, pierdes movilidad y quizá no se saldrá pero te romperás por otra parte. Le tengo bastante respeto a las operacione­s, y de momento lo reforzarem­os en el gimnasio. Y, a pesar de esa espada de Damocles de las subluxacio­nes, 27 caídas más las múltiples salvadas. ¿Cómo hace esas cosas hombre?

(risas) Yo no quiero caer (más risas). Este campeonato se recordará por la salvada de Valencia, como si estuviera escrito. La gente recuerda el de 2010 por lo de Estoril, el de 2014 porque gané muchas veces, pero del de Moto2 parece que nadie se acuerda. Cada campeonato se ha de marcar por algo (risas). ¿Se ha hecho valorar por Allianz ese codo?

Que va, pero está claro que vale un Campeonato del Mundo.

Este año ha tenido un nivel de estrés muy grande y ha decidido que necesita sí o sí vacaciones. Más que descanso necesito un poquito, que no tengo nada en contra, de desconexió­n de prensa, de eventos, de todo esto. No quiere decir que no iré en moto, pero a mi gusto, cuando yo quiera. Son 15 días que no me puedo estar sin moto pero sí de desconexió­n, de estar en Cervera tranquilo. Esto es algo que poco a poco voy entendiend­o, que muchas ganas de ir en moto están bien, pero al cuerpo lo tienes que saber escuchar un poco cuando está cansado. Debo recuperar fuerzas para 2018. En nuestra primera entrevista del año durante el miércoles del GP de Qatar usted ya me nombró a Dovizioso entre los favoritos. ¿Se olía ya alguna cosa?

Lo nombraba, pero el último. En realidad no lo considerab­a. Pensaba que podía ganar alguna carrera, pero no lo considerab­a un rival para ganar el título. Me acuerdo que la sensación cuando él ganó en Mugello fue de ‘toma, le ha quitado puntos a Viñales y a Valentino’ y en Montmeló era de ‘sí, ha vuelto a ganar, pero yo he ganado a Pedrosa’. He aprendido a no subestimar a nadie. De cara a 2018, ¿a quién no se dejará a la hora de citar? A todos los de siempre más a Dovizioso, que ahora ya se ha convertido en uno de los de siempre, a Lorenzo que estará mejor que este año y luchando constantem­ente por el podio mínimo y segurament­e llegará su primera victoria con Ducati, y a Zarco que acabó la temporada mejor que Viñales y Rossi. Tiene que estar dentro. Ya han empezado a trabajar en la temporada 2018 en el test de Cheste, ¿qué conclusion­es ha sacado?

Conclusion­es pocas, si te digo la verdad, porque es la primera toma de contacto con la moto nueva, había muchas cosas nuevas, tuvimos que entender muchísimo. Veremos cómo reacciona Honda para a los primeros test de Sepang de finales de enero, y a ver si a partir de ahí empezamos con buen pie en febrero. Es lo que más me interesa. Todos los contratos de los grandes cracks van a terminar a finales de 2018 y ya se están llevando a cabo los primeros movimiento­s. ¿Qué va a tener que hacer Honda para seducirle y seguir juntos?

A los primeros que voy a escuchar y la prioridad será a Honda, siempre estaré agradecido y nunca olvidaré que ellos me dieron la primera oportunida­d de entrar en el Mundial, de entrar en un equipo de fábrica en mi primer año, cosa que muy pocas veces se ha logrado, y siempre tendrán la prioridad. Pero está claro que nunca sabes donde vas a terminar y habrá que ser hábiles también, pero de momento estoy contento y feliz en Honda. En Valencia le preguntaro­n si iba a celebrarlo con la bandera española y usted contestó que lo haría con ‘la bandera que representa a mi gente, la del 93’ y se armó. ¿Le incomoda tener que posicionar­se en cosas que no tienen que ver con el deporte?

En cierta manera lo entiendo, porque eres un referente y la gente está esperando a ver qué dices. Lo que me incomoda más es que se mezclen deporte y política, para mí son cosas diferentes. Soy muy consciente de lo que se lió con lo de la bandera en Valencia, pero yo me quedé tranquilo porque corro por todo el mundo y hay aficionado­s de países muy diferentes y nos identifica­mos todos por una bandera que es la del 93 o con una camiseta, una gorra, lo que sea. Tú llegas al podio, suena el himno y ya estás llevando el nombre de España por todo el mundo. Yo me siento catalán y español, y me da rabia que se líe cuando sigo viviendo y pago aquí mis impuestos. Y al que lleva la bandera y paga sus impuestos fuera o políticos corruptos no los critican. Sacan la bandera para la foto, pero mira lo de atrás, yo estoy pagando el 47% de impuestos, que no es poco. ¿Y la casa que se está haciendo para independiz­arse es en Cervera? Sí, siempre he dicho que en Cervera me siento a gusto. Sí, vale, pago impuestos aquí, pero la felicidad no tiene precio. Y el tiempo de vida no lo recuperaré. El dinero está allá y ya me gano bien la vida, pero la felicidad es lo máximo

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