Todavía queda tarea

Las victorias consecutivas frente a Zorya y Levante y el empate contra el Madrid han venido a paliar el catastrofismo reinante en Bilbao tras el doloroso e incomprensible sopapo copero sufrido frente al modesto Formentera. Llueve menos por estos lares desde el pasado domingo, pero la tormenta todavía no ha pasado. Confianzas las justas, por tanto.

Al equipo de Ziganda, visto lo visto, se le dan bien los ‘match ball’. En la Europa League, sin ir más lejos, supo superar tres seguidos hasta acabar clasificado como líder de grupo para los dieciseisavos de final. De haber terminado segundo, por cierto, ya habría tortas en Bilbao para lograr entradas de cara al cruce frente al Arsenal. El Spartak de Moscú, sin embargo, no despierta tanta expectación.

Salvada también con éxito la visita al Ciutat de València, en unas condiciones de máxima exigencia dados los resultados cosechados por los rivales que venían por debajo de la tabla, el Athletic cierra el año como local ante la Real. Derbi de necesitados en San Mamés. El triunfo trascendería en esta ocasión más allá de la propia rivalidad. A los leones, vivido lo vivido hasta la fecha, les conviene tomarse este partido como si se tratase de uno de los tres últimos de su grupo europeo. Se trata, por tanto, de salir mentalizados para ganar, ganar y ganar. Lo contrario sería cometer un grave error de cálculo y de intención.

Importante cita, en definitiva, la de este sábado en San Mamés. Ziganda y sus pupilos tienen ante sí la oportunidad de seguir escalando posiciones en la tabla y, al mismo tiempo, de traspasar sus urgencias clasificatorias al rival de turno. No es momento, en cualquier caso, para creerse que todo está hecho porque la tormenta aún está latente