Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
El portero continúa al margen
Mientras el grueso del equipo se ejercitó ayer en San Mamés, Kepa siguió con su plan de recuperación en las instalaciones de Lezama
La plantilla rojiblanca trabajó ayer a puerta cerrada en San Mamés. En los primeros quince minutos de la sesión, en los que se permite la presencia de los medios de comunicación para tomar imágenes de los leones, no hubo señales de Kepa Arrizabalaga. Tampoco apareció por el césped en el resto del entrenamiento, que transcurrió en privado ya sin la presencia de periodistas. El guardameta de Ondarroa, de hecho, ni siquiera se había desplazado al estadio bilbaíno, sino que se había quedado ejercitándose al margen del grupo en Lezama.
Conviene recordar que el portero lleva sin participar con normalidad en el trabajo del equipo desde la víspera del derbi ante la Real Sociedad, como consecuencia de la fractura incompleta en la base del segundo metatarsiano del pie derecho que fue comunicada en los días posteriores a un derbi del que fue baja de última hora por este problema físico.
El pasado 30 de diciembre se le pudo ver por primera vez en los campos de Lezama, pero su trabajo terminó antes del inicio de la sesión colectiva. Al día siguiente, en el último entrenamiento del 2017, trascendió que había salido al exterior después de los quince minutos ‘abiertos’ para los medios, puesto que la sesión era a puerta cerrada. El pasado martes, para estrenar el nuevo año, Kepa salió a ejercitarse después del entrenamiento oficial, una vez que el resto de sus compañeros se había retirado al vestuario, y se empleó a fondo bajo palos durante aproximadamente media hora bajo la supervisión del preparador de porteros, Imanol Etxeberria.
Igual que Balenziaga
Un exigente trabajo específico que le pasó factura al día siguiente, cuando se tuvo que quedar haciendo otro tipo de ejercicios en el interior de las instalaciones de Lezama mientras los otros leones se ejercitaban en el exterior. Tampoco salió a entrenarse antes ni después. Necesitaba un respiro. Y en el entrenamiento de ayer, para el que Kuko Ziganda se llevó al grueso de la plantilla a San Mamés, Kepa se quedó en Lezama para continuar con su plan de recuperación del pie dañado. Mikel Balenziaga, que sufre una lesión muscular en el cuádriceps, también se ejercitó en las instalaciones deportivas donde habitualmente entrena el conjunto rojiblanco.
El defensa de Zumarraga cayó lesionado en el derbi ante la Real Sociedad y todavía le quedan algunas semanas para volver a estar a disposición del míster. Por el momento, ni siquiera se le ha visto salir a correr por el exterior durante las sesiones que ha deparado el parón navideño. El diagnóstico que le obligó a pedir el cambio ante la escuadra donostiarra, conviene recordarlo, fue el siguiente: “Rotura miofascial distal profunda, grado II, en el recto anterior del cuádriceps derecho”.
El periodo de baja estimado para este tipo de dolencias suele rondar un mes. A Kepa se le esperaba un poco antes. Para este domingo parecía demasiado justo, pero se especulaba con su regreso ante el Espanyol. Sin embargo, las molestias referidas tras el trabajo duro del martes lo ponen en duda