Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Superbowl: la tele a su servicio
Cada vez es más falso el tópico que se trata de un deporte a merced del show televisivo
Nada más empezar la previa de la Superbowl en Movistar+, los comentaristas Miguel Ángel Calleja, Moisés Molina y Andrea Zanoni, explicaban a la audiencia que teniendo en cuenta que era una noche con más espectadores de lo habitual y algunos de ellos eran neófitos, tendrían la deferencia de ser un poco más pedagógicos y comentarían el partido haciéndolo más accesible. Este gesto, que es de agradecer, demuestra como la Superbowl rompe uno de los tópicos que, desde hace años, se le ha atribuido. Se suele decir, menospreciando este acontecimiento de masas, que se trata de un deporte al servicio de la televisión. Pero fijándote en la retransmisión, es más bien al revés: se trata de un enorme espectáculo televisivo al servicio de un partido de fútbol americano. Es más, en los últimos años se han reducido los parones publicitarios: hay menos, pero con anuncios de más calidad. Por lo tanto, no hay tantas pausas en el juego. El partido ha ganado en dinamismo. La realización tiene la virtud de mostrar los detalles: el árbitro principal saludando a las aficiones -a la que está en casa y a la que está en el estadio-, el lanzamiento de moneda por parte de un veterano de guerra y hasta la ‘bonita’ camisa con ciervo incluido de Justin Timberlake. La realización es excelsa a la hora de seguir las jugadas completas, a menudo con movimientos muy complejos y con un uso de la spidercam nada gratuito sino imprescindible. Es relevante como innovaciones audiovisuales que se intentaron introducir hace años como la cámara subjetiva o la revisión de las jugadas en 3D, han desaparecido. No hacían falta porque el espectáculo no es la retransmisión: es el partido. La emoción que suscita, la dinámica del juego, las estrategias, el fair play y un resultado justo motivado por cómo se comprueban las jugadas y porque el árbitro aclara sus decisiones le dan valor por sí mismo. Es un deporte que ha sabido reinventarse y tiene la televisión a su absoluto servicio. No pasa lo mismo con el fútbol en Europa, donde parece que la realización cada vez está más preocupada de entretenernos con cuestiones accesorias y repeticiones virtuales, que de enseñarnos bien el partido y las jugadas