Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Corriendo por las entrañas de Bilbao
¿Cómo es la sensación de ir por los túneles del metro de la capital vizcaína a golpe de zapatilla? MD lo cuenta en primera persona
Mientras Bilbao dormía en la madrugada del domingo al lunes, un par de centenares de ‘locos’ corríamos por las entrañas de la capital vizcaína. Bajo tierra. Sin claustrofobia. Una experiencia única e inolvidable. 7,8 kilómetros desde las estaciones de Moyúa a Ansio. La Under Run Metro Bilbao. Ciudades como Madrid o Barcelona ya habían organizado un evento de similares características y ahora le tocaba a Bilbao. MD relata en primera persona cómo es la sensación de atravesar los túneles del suburbano a golpe de zapatilla.
Correr en lugares singulares siempre tiene un encanto especial. Y si eres el primero, todavía más. Es una sensación extraña. El metro es un lugar conocido por todos, pero en el que no te imaginas calzándote las zapatillas para quemar distancias.
Evidentemente, el recorrido es peculiar. Los ‘runners’ somos los que nos tenemos que adaptar al terreno. Dos personas corriendo a la par entre ambas vías caben de sobra. Eso sí, no siempre los raíles de ida y vuelta se encuentran a la misma
Entre San Mamés y Deusto está el paso subfluvial, que obligó a correr en fila de uno
Ojalá pueda repetirse otro año y que más gente disfrute de la experiencia
altura. En muchos tramos existe un ligero desnivel. La iluminación fue correcta. En mi caso no me hizo falta el frontal.
Salvando los obstáculos
Pero había que andarse con mil ojos. Cables, agujeros, alguna piedra, charcos, arquetas, algún salto y, por supuesto, las vías. El tramo de San Ignacio, en el que se separan las líneas 1 y 2, era el más peliagudo. Había que pasar por encima de los raíles y seguir corriendo por un costado. En otros casos había que ir por el lateral del túnel. Entre San Mamés y Deusto está el paso subfluvial, que obligaba a correr en fila de uno. Hay que destacar el gran trabajo del personal de seguridad indicando todos los puntos conflictivos y cuidando por la salud de todos.
Y sí. Hay cuestas. El túnel no es lo que parece cuando vas dentro del vagón hablando con alguien o mirando el móvil. Hay una rampa cercana al kilómetro entre San Ignacio y Gurutzeta. Se me hizo larga, lo reconozco. No se acababa. Hay repechos imperceptibles al ojo porque no tienes un campo de visión demasiado amplio. Al margen de que tienes que mirar al suelo para no darte un piñazo. No todo fue sufrir. También existen descensos para coger velocidad. Algunos corrieron mucho. Otros nos quedamos en unos modestos 5’26’’ el kilómetro. No me quejo.
Otro aspecto atípico era el horario intempestivo. La salida era a la una de la madrugada y el cuerpo no está habituado. El mío no, al menos. Los Golden Apple Quartet y el monologuista Agustín Jiménez amenizaron la previa en Ansio. La organización estuvo impecable. Con agilidad, salvo la obligada espera en Moyúa para organizar la salida.
Grupos de veinte
Cada tres minutos partía un grupo de 20 personas, con el fin de que no se montaran atascos. Cada conjun- to estaba encabezado por una perso- na reconocida en el ámbito social o deportivo de Bizkaia. Corrieron, entre otros, Carlos Gurpegi, Iñigo Juaristi, Tzibi, Sergio Sánchez (Fundación Bilbao Basket) o la atle- ta del BM Bilbao Iraia García. El ex- hombre de negro tuvo un detallazo. Regaló a cada una de las 20 personas de su grupo dos entradas para el partido del domingo contra el Ibe- rostar Tenerife en Miribilla (12.30 horas). El Bilbao Basket se juega la vida, tras la derrota del pasado do- mingo frente al Tecnyconta.
Una noche que quedará grabada en el recuerdo. Escuchar el metro cómo llega a la parada al descender por las escaleras mecánicas y echar una carrera para que no se escape ya no será lo mismo. Ojalá pueda re- petirse otro año y que más gente dis- frute de la experiencia. Merece mu- cho la pena