Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Un Athletic superior
Tal y como a veces sucede, lo planteado sobre el papel salió muy cerca de las mejores previsiones presentadas por todos aquellos que siguen apostando por un equipo como el Athletic.
Lejos de dejarse influenciar por las estadísticas, los de Kuko Ziganda consiguieron esta vez configurarse como un equipo reconocible a todas luces desde el inicio hasta el final del choque, dejando a un lado la trayectoria que los de San Mamés venían cosechando en tierras castellonenses. Valiente en la presión avanzada, el conjunto rojiblanco recuperaba con prontitud el balón para posteriormente gestionar la transición correspondiente con la continua sensación de crear peligro sobre la meta del Villarreal. Los bilbaínos encontraban un pasillo entre el central zurdo y el lateral que era continuamente leído por Susaeta y De Marcos como asistentes y Williams como receptor. En una de estas incursiones Córdoba llegaba por el lado contrario en una perfecta lectura de buena ocupación de las zonas de ataque para poner por delante en el marcador, con toda justicia, a un equipo necesitado de buenas sensaciones de juego. Quizás la clave fue la continuidad con la que el Athletic fue capaz de desarrollar todo su potencial durante muchos minutos, mostrando visos de personalidad en todo aquello que proponía sobre el césped del Estadio de la Cerámica. Lejos de echarse demasiado atrás, dio la sensación de querer mirar hacia la portería contraria cada vez que algún león recuperaba la pelota. B ien en campo contrario a través de velocidad o bien desde campo propio utilizando más acciones enlazadas, los rojiblancos variaban de registro en su forma de llevar el juego continuamente hasta conseguir generar multitud de ocasiones claras de gol ante la portería de un inspirado Asenjo. El Villarreal, tras una jugada aislada en la que pudo haber falta sobre Unai Núñez, consiguió acortar distancias a través de Bacca para ajustar en el marcador una distancia que debía haber sido mucho más grande a favor del Athletic si nos atenemos al fútbol desplegado a lo largo del partido. Fue Muniain, uno de esos jugadores con auténtico duende, quien sentenció el partido tras otra buena aparición Raúl García por derecha, rubricando un importante día tanto para el equipo en general como para el bravo futbolista de la Txantrea en particular. En definitiva, el buen manejo de los conceptos del juego permitió al equipo conseguir una victoria llena de prestigio y personalidad justo en el momento de poder aún dejar un buen sabor de boca a toda la familia que conforma el Athletic de aquí al final de temporada