Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Un señor entrenador
El fútbol se ha vuelto loco de un tiempo a esta parte. Las cosas dejaron de valorarse en su justa medida hace ya algunas temporadas y ahora, quizás por las millonadas que entran en las arcas de los clubes de elite vía ingresos por televisión, se han elevado las expectativas generales hasta límites insospechados. La palabra ‘fracaso’, en tal tesitura, está a la orden del día.
Resulta que ganar Liga y Copa en una misma campaña es merecedor de un suspenso si has caído antes de tiempo en la Champions o, al contrario, que conquistar este último torneo equivale a sobresaliente o incluso matrícula, aunque no hayas respondido a las expectativas en los otros dos.
No son debates estos que afecten a la llamada ‘clase media’. Aquí las discusiones vienen dadas por distintos parámetros. El listón de la exigencia, eso sí, también tiene su altura.
Este tema lo saco a relucir para reparar en la figura de Ernesto Valverde. El exentrenador del Athletic ha ganado los dos títulos ‘caseros’ en su primer año en el Barça. Casi nada.
Si tiene mérito lo logrado a ras de césped por Txingurri, fuera del campo lo ha bordado. Nada que ver con el quisquilloso Luis Enrique. La normalidad al poder.
Tiene gracia que hecho lo hecho en el Athletic durante cuatro temporadas consecutivas, algunos sigan cuestionando su labor en el banquillo bilbaíno. Su recibimiento en San Mamés ya como míster azulgrana dejó mucho que desear. Su despedida como técnico, también.
Otro apunte. El domingo en Riazor consoló uno a uno a los jugadores del descendido Depor mientras sus hombres celebraban el título de Liga. Valverde, un señor entrenador por señor y por el doblete. Zorionak!