Los números cantan

Mala temporada, sin duda alguna, la que cerró el Athletic el pasado domingo en San Mamés. Pésima en Copa tras el agur a las primeras de cambio ante el Formentera, muy floja en Liga y más que aceptable en la Europa League donde, tras quedar primero de grupo y eliminar al Spartak de Moscú, se cayó ante el subcampeón Olympique de Marsella en octavos de final. Nota final al margen, lo que resulta indudable es que el conjunto rojiblanco no progresa adecuadamente.

Alguien nuevo llegará en breve al banquillo bilbaíno para tratar de enderezar el rumbo. ¡Que se vaya preparando! Aunque los grandes males del primer equipo se hayan focalizado en el míster, el problema es más de fondo.

Kuko Ziganda se ha llevado más palos de los que le correspondían. Cierto es que las cosas no le han salido como esperaba, pero por intentarlo no ha quedado. Y todos aquellos que apuntan hacia el cambio de entrenador en plena temporada como remedio a los males del Athletic; que se fijen también en Málaga, Las Palmas y Deportivo.

Ahora, en cualquier caso, es momento de analizar y profundizar en lo sucedido. De tener claro que un buen número de jugadores tampoco han estado a la altura de las circunstancias. Varios de ellos además han sido renovados.

La situación es la que es. El Athletic se encuentra en estos momentos cerrado por reforma. A nivel deportivo, se entiende.

Algo habrá que hacer para tratar de enmendar la plana la próxima temporada. Pensar que todo se reduce a fichar a un nuevo entrenador y ya está resulta una ingenuidad. El problema es más de fondo y trasciende más allá del propio terreno de juego