Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
AGUR A LA FINAL CON PENA MÁXIMA
Las leonas caen eliminadas en la tanda de penaltis tras mostrar su espíritu competitivo Eunate y Lucía, autoras de los goles del empate, fallan sus tiros desde el punto fatídico
La maldición del Athletic femenino en la Copa continúa vigente. No hay manera de que el equipo rojiblanco llegue a saborear en este torneo las mismas mieles del triunfo que ya ha degustado, varias veces además, en la Liga. Ayer, en Reus, volvió a repetirse la historia.
El equipo de Joseba Agirre sacó a relucir su orgullo para competir de tú a tú con el todopoderoso Barça. Las rojiblancas fueron a remolque en el marcador hasta en dos ocasiones, pero, paradójicamente, hincaron la rodilla en la única ocasión en que habían conseguido ponerse por delante de las azulgrana. En la tanda de penaltis, ni más ni menos.
La pena máxima detenida por Ainhoa Tirapu a Duggan pareció marcar el principio del fin de las culés, sobre todo tras el acierto desde el punto fatídico de Garazi. Por el bando bilbaíno quedaban por lanzar Eunate y Lucía, las autoras de los respectivos goles del empate rojiblanco durante el tiempo reglamentario, prórroga incluida. Ninguna de ellas, sin embargo, consiguió volver a meter el balón entre los tres palos de la meta tan bien defendida por Baños. Las jugadoras del Barça, en cambio, sí dieron en la diana. La maldición copera volvía a caer sobre el Athletic femenino.
El equipo de Joseba Agirre, pese a acabar perdiendo la semifinal, tuvo un comportamiento ejemplar. Desde el pitido inicial hasta el preciso instante en que Lucía erró el último penalti. Las leonas se com- portaron como tal a lo largo de 120 minutos de intensa pelea ante un rival, a modo y manera de su primer equipo masculino, confeccionado a golpe de talonario. Las bilbaínas supieron suplir sus carencias técnicas e incluso físicas ante semejante enemigo con orden, inteligencia y ciertas dosis de calidad.
Erika, una vez más, se convirtió en el alma mater de este joven equipo rojiblanco. A Gimbert, otro de los grandes baluartes de la escuadra de Joseba Agirre, se le complicó la faena más esta vez que en compromisos anteriores. El resto de las componentes del conjunto vizcaíno supo estar a lo que se celebraba
en todo momento.
Novedades en el once titular
El Athletic arrancó con presión adelantada, dentro de un once en el que Sierra y Jone Ibáñez fueron las grandes novedades de partida, para ir replegándose poco a poco. Mariona, en un descuido generalizado a la salida de un córner, abrió el marcador a escasos minutos para el descanso. Las rojiblancas, pese a acusar el golpe durante el resto del primer tiempo, salieron de la caseta dispuestas a enmendar la plana.
Joseba Agirre fue moviendo fichas de manera paulatina. Nekane, Yulema y Cirauqui se incorporaron al encuentro de manera paulatina. El empate, pese a las clarísimas ocasiones de Lucía y Nekane, seguía resistiéndose hasta que Eunate, con un tiro lateral de falta directa, estableció la igualada a ocho minutos para el 90.
El Barça, que poco a poco fue incorporando al resto del arsenal ofensivo que le quedaba en el banquillo, trató de finiquitar el envite antes del tiempo reglamentario, pero no pudo. Martens, su gran figura, acertó a marcar, sin embargo, en el arranque de la prórroga. La respuesta bilbaína no se hizo esperar, puesto que nada más sacar de centro Lucía empató, tras una buena contra entre Yulema y Erika.
El miedo a perder imperó a partir de ahí en ambos bandos. Las azulgrana, un tanto aceleradas y nerviosas por la respuesta del rival, siguieron intentándolo en ataque, pero se llevaron el gran susto de la prórroga cuando Lucía se plantó sola ante Baños. Su remate a bocajarro, sin embargo, acabó fuera tras rebotar en el palo.
El otro poste también se cruzó en el camino de la joven delantera del Athletic. Esta vez en el último lanzamiento de penalti. El decisivo. El sueño de la final de Copa volvió a convertirse así en una nueva pesadilla