Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
El decálogo de Hierro
1- Superada la vorágine inicial, el nuevo seleccionador tiene las ideas muy claras 2- Respeta y aprovecha el trabajo de Lopetegui
“Vine aquí con traje y corbata y de un día para otro estoy otra vez con el chándal puesto y convertido en seleccionador”, explica un Fernando Hierro que admite que durante tres días apenas pudo conciliar el sueño. Pasó de hacer de “poli malo”, como dice él mismo, para facilitarle el trabajo a Lopetegui a ser el recurso de emergencia. Superada la vorágine inicial, tiene muy claro el camino a seguir y su decálogo como seleccionador.
Hierro sabe que “soy seleccionador por las circunstancias, no por mi currículum como entrenador”. Casi no tuvo tiempo de trabajar con el grupo antes de afrontar el primer partido, pero tiene las ideas muy claras. Explica que “esta selección tiene derechos de autor, es fruto del trabajo de dos años de Lopetegui” y reitera que “lo más inteligente es aprovechar el trabajo hecho, tampoco tengo tiempo para cambiarlo. Me equivocaría si le quisiera dar mi toque”. En ese sentido, de las acciones de estrategia se ocupan Albert Celades y Antolín Gonzalo, que ya estaban en el cuerpo técnico anterior: “Sería de locos querer cambiar ahora toda la estrategia, hay que ser inteligentes”. El segundo gol ante Portugal, en jugada ensayada, no es obra de Hierro, que admite que “el laboratorio ya estaba, es fruto del trabajo del último año y medio”.
También tiene muy claro Hierro que el estilo es intocable y explica que “la selección hace años que ha elegido un camino, una apuesta por el fútbol combinativo, no voy a ir al revés, eso sería inmolarnos. Toda la vida se ha dicho que la selección no tiene personalidad y ahora que la tiene no nos vamos a alejar del camino”.
Asume Hierro que un Mundial “es una mini competición de siete partidos” en la que comenta que “tienes siete vidas, nos quedan seis”. Sabe que “el fútbol no te deja dormir ni vivir del recuerdo” y le pide al equipo “que juegue bien, que compita y que tenga estilo propio, personalidad con el balón”. Considera que “el vestuario de un equipo hoy en día es el reflejo de la sociedad” y sólo espera que “cuando nos vayamos a casa digan que lo hemos intentado con todas nuestras fuerzas”. El seleccionador no quiere pensar más allá del 16 de julio