Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
DECIDIRA EL MONUMENTAL
Boca y River libraron un apasionante duelo en La Bombonera y saldaron con empate el primer partido de la finalísima de la Copa Libertadores Los millonarios empezaron mejor pero los xeneize, con más pegada, se adelantaron dos veces en el marcador y perdona
La final más larga del mundo quedó empatada en su primer capítulo. La película del clásico tuvo de todo de arranque. Emoción, con una Bombonera explotada de gente y de pasión. Con un partido que se confirmó que se jugaba recién a las 10.30 de la mañana en Argentina (empezó a las 16.00 locales) por parte de los dirigentes de la Conmebol que se abrazaban casi en el medio de la cancha. Pocas veces esa mítica cancha tuvo una vibración tan especial. Goles, porque mientras los analistas pensábamos en un partido cerrado, un mano a mano súper equilibrado, tal vez dos 0 a 0, hubo cuatro goles, un resultado cambiante y con los corazones vibrando a pleno (2-2). Accidentes, porque se lesionó Pavón y Boca tuvo que cambiar y e mpezar a jugar con doble centrodelantero. Y ahora, más incertidumbre que nunca: se define el sábado 24. Recién se sabrá quién es el más grande de América.
River fue una mejor exposición colectiva. Marcelo Gallardo volvió a modificar su hoja de ruta con cinco defensores. Su equipo no sintió su ausencia en la cancha por estar suspendido: se lo vio aceitado y con temperamento para levantar de dos desventajas.
Un Boca efectivo
Boca fue gol. El equipo de Guillermo Barros Schelotto no necesita de tanta gestación, de tantas jugadas, para romper el arco rival. Wanchope Abila mostró toda su polenta en el primero. Pipa Benedetto entró y demostró que tiene un ángel especial. Hizo el 2-1. Aunque en sus pies también estuvo la jugada que no dejará dormir a los hinchas de Boca.
En los últimos minutos, Carlitos Tevez se disfrazó del Carlitos Tevez imparable, lo dejó mano a mano y Benedetto no llegó a abrir bien el pie. Armani entonces otra vez fue el Armani imbatible, aun cuando dejó dudas en su respuesta en el primer gol. La TV lo pasará todos los días de aquí al sábado 24.
Boca tuvo en Agustín Rossi a un arquero muy seguro. Tal vez podría haber salido en el 2-2, pero terminó siendo un autogol de Izquierdoz. Rossi atajó su mejor partido en Boca, más aún por la magnitud del partido. No lo dejó dos veces ser el héroe a Pity Martínez, el emblema de River en los últimos mano a mano, el nuevo ídolo de la gente. Le faltó más movimientos aceitados. Jugó más al pique largo de sus delanteros, o la potencia de sus centrodelanteros. Otra vez le faltó juego asociado, fluidez en la gestación.
Reacción de River
River no tuvo a Leo Ponzio, su líder. Pero abanicó bien en el arranque. Pasa que Boca le devolvió con goles. A favor, después del 1-0, cuando podía caerse anímicamente en una cancha que era un caldera, Pratto hizo un gol que puede valer una historia. Después lo ayudó una pelota parada. En fin, desde esa mirada se puede pensar que River dejó una mejor sensación. Pero Boca casi lo liquida al final. En fin, nada más apasionante en la Argentina esta final descomunal. Ahora habrá que soportar 14 días para que exploten los corazones. Unos de tristeza, otros de una emoción que no se les borrará nunca más en sus vidas. No hay partido más relevante para ganar en la rica historia del fútbol argentino que esta final de la Copa Libertadores de América