Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Cara y cruz
Muniain y Remiro comparten vestuario en Lezama desde hace tiempo. Ambos concluían contrato en 2019. El ahora medio punta seguirá cinco años más sin cláusula de rescisión. El portero ni viaja con el equipo
La noticia de la renovación de Muniain impactó en el entorno rojiblanco horas antes incluso de que transcendiera que su nuevo contrato como león no incluía cláusula de rescisión alguna. El navarro acudió a Lezama para entrenarse con sus compañeros poco después de estampar su firma en Ibaigane junto a Urrutia , el ahora presidente de la comisión gestora del club. Sus compañeros le recibieron con aplausos a su salida al campo de entrenamiento.
Borja Guerrero, fotógrafo de Deia, captó entonces una curiosa y significativa instantánea. Mientras Muniain era abrazado efusivamente por uno de los componentes del cuerpo técnico de
Berizzo; Remiro, guantes quitados en mano, contemplaba de reojo la escena con una mirada abierta a todo tipo de interpretaciones. La cara y la cruz del fútbol en una sola imagen.
Largo y tendido se ha hablado y se seguirá hablando del gesto de
Iker de no incluir cláusula de rescisión alguna en su nuevo vínculo como león. El sueño de Urrutia hecho realidad una vez expirado su mandato como máximo responsable de Ibaigane. El discurso del navarro tras la firma lo hubiera suscrito el propio lekeitiarra.
Al tiempo
La otra cara de la moneda viene representada por Remiro. El navarro, según aseguran desde el propio club, ni se ha sentado a la mesa para abordar el tema de su renovación. La versión de su representante difiere. El futbolista mantiene silencio al respecto.
La pasada semana, mientras toda la plantilla disponible se desplazaba a A Coruña, Remiro se quedó solo en Lezama. No formó parte de la expedición. Se sospecha (algunos tienen la certeza) que lo tiene hecho con la Real. El tiempo dará o quitará razones, pero de momento no tengo muy claro que el trato dispensado al meta sea el correcto. ¿O sí?