Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
“LA CUMBRE ES EL 0,1% DE CADA EXPEDICIÓN”
“““Aguantar en casa sin Mi situación es muy El Everest nos ha hacer actividad es bien delicada. Vivo con una tratado como a un sencillo, solemos estar mano delante y otra futbolista que se deja la metidos en el Campo detrás. Pero hay que piel en Lezama y se le Base quince días” estar en casa” descarta en verano”
➔ Después de casi tres meses seguidos fuera de casa, salvo un par de días entre el viaje a la Antártida y la expedición al Himalaya, Alex Txikon lleva con buen talante el confinamiento obligatorio por el coronavirus. La palabra descanso no va con él, por lo que el montañero de Lemoa exprime el tiempo para dar salida a otros proyectos en los que está embarcado. Saca unos minutillos para charlar con MD de la situación provocada por el COVID-19 y también de ese tercer intento de ascensión invernal al Everest en el que no pudo hollar la cima, pero que quiere poner en valor
Llegó el 5 de marzo y el día 15 ya se decretó el estado de alarma. No le ha dado mucho tiempo a disfrutar por aquí del reencuentro con amigos y familiares...
Sí... Nosotros nos lo olíamos ya porque veníamos de Nepal y allí lo hicieron muy bien, porque cerraron las fronteras enseguida y apenas hay casos. Quizás porque tienen China más cerca, se han movido antes... Para un montañero, estar encerrado en casa va casi contra natura...
Lo nuestro es mucho más que deporte. Es nuestra forma de vida. Y esas ganas de salir al medio natural a practicarlo crecen con los años. Pero, paradójicamente, para nosotros aguantar en casa sin hacer actividad es bien sencillo, porque estamos acostumbrados a estar metidos en el Campo Base quince días... O encerrados en un barco, como cuando hemos viajado recientemente a la Antártida. Tienes miles de trucos... ¿Cómo pasa el día?
Estamos acabando de escribir un libro, de rodar un documental, preparando un audiovisual para ir por las escuelas... Me tiro 12 horas delante del ordenador. Algún día he tenido que salir a rodar, pero trato de evitarlo en lo posible, sobre todo porque notas que la gente te mira...
Ya veo que aunque permanezca en casa, no está ocioso. Pero, ¿qué hace un montañero como usted en esta situación para mantener cierto tono físico?
Me doy un corto paseo con la perrilla, pero no más lejos de 500 metros de casa. Tenemos que seguir todos las directrices. Y luego algunos ejercicios de core, pero más bien poquito. Tengo tanto trabajo...
Precisamente el trabajo es otra de las cuestiones que preocupa a la ciudadanía a raíz de esta crisis sanitaria...
Claro. A nosotros se nos han cancelado todas las conferencias que teníamos de aquí a junio y tengo que pagar mi seguro de autónomos, todos los gastos .... Mi situación es muy delicada. Podemos aparecer con miles de parches en las expediciones, pero yo vivo con una mano delante y otra detrás. Pero hay que estar en casa, no queda otra. La gente que tiene su puesto de trabajo fijo, le toca esto y se asusta. La ventaja que tenemos nosotros es que estamos acostumbrados a la incertidumbre. Vivimos día a día. La crisis va a ser jodida, pero ha habido tiempos peores y saldremos.
Aunque sigue bastante liado, ¿encuentra tiempo en este confinamiento para pensar en nuevas aventuras?
Sí, está más que claro. Ya estaba en el Campo 2 del Everest, de retirada tras renunciar a hacer cumbre y ya sentía ganas de hacer esto, lo otro... En estos momentos no nos hace falta ir al monte para sentir esa sensación. Disfrutas con todo lo que has hecho hasta ahora y con lo que te espera. También mato el tiempo ayudando a la gente que puedo. Como tengo material médico que nos ceden para las expediciones, tenía diez cajas de guantes y algunas mascarillas y he ido repartiéndolos.
¿Y qué próximas experiencias montañeras tiene en mente? Siempre estamos pensado, claro, pero cuando hay médicos dejándose la piel es hasta un poco ruin por nuestra parte... Las cuatro cosillas que tienes en la cabeza te las guardas para ti. Ahora me toca más la fibra que hayan muerto ancianos en un geriátrico de Gasteiz de esa manera y que como sociedad no seamos capaces de contener esto.
En cualquier caso, ¿un cuarto intento al Everest en invierno está descartado?
No lo sé. Está complicado. Es como si fuera un futbolista que se deja la piel en todos los entrenamientos en Lezama y el míster me descarta ya en pretemporada. Es así como nos ha tratado el Everest. Hemos estado más fuertes que nunca, tenemos más conocimiento y control que nunca y es muy frustrante como deportista. Pero en el cómputo general nos sale positivo. Hacemos la actividad para nosotros, no para que las grandes masas nos sigan. Si todo es llegar a la cumbre, parece que no se ha hecho nada. Pero nos hemos jugado la vida más que nunca para llegar a un Campo 2. Estamos en una sociedad en la que o ganas o no pasa nada. Fíjate ahora mismo el Athletic en la final de Copa. Si gana la Real, para la historia se olvidará aquello y en el caso de las chicas, que están en semifinales, lo mismo. En la montaña, ganar no es hacer la cumbre. La cumbre es el 0,1% de la actividad. El 99,9% es el resto de las cosas.
¿Qué es lo primero que va a hacer cuando finalice el confinamiento? Juntarme con los amigos a los que no he podido ver durante este tiempo y disfrutar de la naturaleza como siempre. Y si mi gente cercana necesita ayuda, lo primero eso. Además de alpinista, también ha ejercido como aizkolari. ¿Tiene el hacha ya aparcada?
Ahora no se puede entrenar, porque si te accidentas, no están los médicos como para atenderte. Desde que volví, hice solo un entrenamiento antes de decretarse el estado de alarma. Pero claro que sigo cortando. El año pasado no disputé campeonatos, pero hago exhibiciones y entreno con el hacha y con la piedra también ●