Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)

Armstrong, “rey de los tramposos”

➔ Dijo en el primer capítulo del documental ‘Lance’ que se acabó haciendo a la idea de ser insultado

- Agencias

➔ El exciclista estadounid­ense Lance Armstrong no consigue suavizar el pasado contaminad­o que protagoniz­ó y que le costó perder los siete títulos del Tour de Francia que había conseguido, en la primera parte de un documental , ‘Lance’, que emitió la cadena estadounid­ense.

Armstrong, de 48 años, que avasallaba a sus rivales y no se ponía límites, reiteró que estaba diciendo su “verdad”, sin importar lo que pudiesen pensar las personas que vean el documental. Tras haber pasado ocho años desde que se descubrió todo el engaño del dopaje, confirmó que su historia deportiva es compleja y única. De ahí que no hubo temas prohibidos, aunque mantuvo su tradiciona­l estrategia de tratar de desviar o cambiar un asunto que no quería desarrolla­r. Insistió en la primera emisión en que no cambiaría nada y se mantuvo desafiante en ciertos temas, por ejemplo, que no utilizó su fundación Livestrong como un escudo contra la idea de que podría estar haciendo trampa, aunque admite que sí utilizó la enfermedad del cáncer como escudo y se pregunta si su dopaje condujo a su cáncer testicular.

Guarda rencor a Floyd Landis, su antiguo compañero de equipo convertido en denunciant­e, y no lo puede esconder.

Admite que algunos fans siempre estarán “enfurecido­s” con él. “Cuando mi vida dio el giro que tomó, me dije a mí mismo, donde quiera que vaya por el resto de mi vida, alguien se me acercará y me insultará”, comentó. “Así que pasaron un par de días y nadie dijo

“No cambiaría nada”, dijo. “Me dopé porque era lo común en el ciclismo”

ese insulto que nadie quiere escuchar. Luego pasaron los meses; hasta que después de cinco años volvió a suceder. Un grupo de varios hombres, que estaban en un bar me vieron”. Le gritaron “rey de los tramposos”. Estuvo a punto de liarla, pero “la persona que me acompañaba, con buen criterio, me aconsejó que me subiese de nuevo en el coche y me alejase de la zona cuando ya estaba listo para llegar al grupo y golpear al prime- ro que me insultó. Lo que, obvia- mente, habría sido una mala idea”, explicó Armstrong. “Como lo habría hecho la mayor parte de mi vida cuando estaba contraria- do y enojado”, apuntó.

En cuanto al dopaje dijo que lo hizo desde los 21 años, pero porque “era lo común dentro del mundo del ciclismo”. Lo explicará el do- mingo, en la segunda parte ●

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