Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Menté y el duro recuerdo de hace 49 años
➔ Tras siete etapas con muchos puertos pero con pocos movimientos de los hombres importantes, el Tour vive hoy uno de sus días grandes. En la octava jornada espera una durísima etapa pirenaica de 141 kilómetros entre Cazères-sur-Garonne y Loudenvielle en la que se subirá a Menté (un primera de 6,9 km al 8,1%), Balès (de especial, 11’7 km al 7,7%) y al Peyresourde, un primera de fin de fiesta de 9,7 km al 7,8%), desde el que se rodará en descenso hacia meta.
Será un día de máximo desgaste. Si bien habrá tiempo de recuperación tras Menté, con cima a 82 kilómetros de meta, Balès se iniciará en el kilómetro 93 y contará con rampas de hasta el 10%. Su largo descenso será el preludio de la batalla final en el Peyresourde, con un ritmo prácticamente continuo de en torno al 8% durante casi 10 kilómetros.
Los favoritos intentarán dar un paso al frente tras una séptima etapa de ayer en la que el objetivo era no dar un paso atrás. Wout van Aert (Jumbo-Visma) se hizo con su segundo triunfo en la presente edición del Tour tras ser el más rápido de la jornada entre Millau y Lavaur, de 168 kilómetros y con dos puertos de tercera categoría y uno de cuarta en la que se esperaba que el viento hiciera estragos. Así fue en un día en el que Bora-Hansgrohe trabajó muy duro en el pelotón.
El equipo de Sagan, que no remató en meta, cortó a la inmensa mayoría de sprinters en una subida inicial a Luzençon, un puerto de tercera que ya dejó ver que la etapa no iba a ser nada fácil para nadie. Sí resistieron el primer envite los hombres de la general, en un día sin escapadas pero muy intenso.
Atacó Thomas de Gendt en la siguiente cima, la de Paulhe, pero el pelotón mantuvo la calma, consciente de que el viento y los nervios eran rivales más temibles. En efecto, el belga fue neutralizado a 35 kilómetros de meta, cinco después de que el caos se adueñara del pelotón.
Descolgados
El Tour vivirá en la parte inicial de la jornada de hoy un puerto que obliga a remontarse a la edición de 1971 y al duelo que mantuvieron Eddy Merckx y Luis Ocaña. El español, tres días después de su exhibición en Orcières-Merlette que desarboló al ‘Caníbal’ y le erigió en nuevo líder del Tour, vivió la jornada más amarga de su carrera. En un día muy lluvioso entre Revel y Luchon y tras responder a todos los ataques de su rival, Merckx se desequilibró en el descenso de Menté y arrastró al español en esa pérdida de control. Ambos lograron volver a la carretera. Sin embargo, segundos después, un veloz Joop Zoetemelk impactó contra Ocaña, que volvió a caerse y que ante la dureza de los golpes sufridos ya no pudo levantarse. Menté privó al español de toda opción de luchar por aquel Tour ●