Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
La historia no deja de repetirse
Alas finales l relativamente Athletic de moderno Copa bien y se llegar la da a rematadamente disputarlas. Lo de mal ayer en Sevilla no fue nada distinto a lo vivido años atrás en Valencia, Madrid y Barcelona o incluso dos semanas antes en la misma Cartuja. Lo de la Supercopa a primeros de año ante este mismo rival, visto lo visto, fue mero espejismo.
Goleada en contra y a casa ante Messi y compañía.La propuesta de Marcelino ante el conjunto culé fue una invitación a la derrota o al milagro. Tanto en el planteamiento como en la propia elección de jugadores. El que defendía, defendía y no dejaba de defender, decían, era Gaizka Garitano no el técnico asturiano. Ver para creer.
Una paliza en toda regla. Las fuerzas les dieron esta vez a los leones para defender estoicamente a lo largo de los primeros 45 minutos, sin apenas llegadas a los dominios de Ter Stegen eso sí, y poco más. El segundo tiempo, pese al 0-0 al descanso, fue un auténtico canto a la impotencia. Otro más, aunque en una versión muy distinta a la ofrecida a principios de abril frente a la Real en este mismo escenario.
Resulta doloroso e incluso otra traumático final sin apenas volver competir a perder en condiciones. El Barça, cierto es, fue mucho Barça, pero es que el Athletic, tristemente, fue muy poco Barça. Las finales, dicen, no se juegan, se ganan. Algo no acaban de entender los leones de unos años a esta parte. Otra vez será. Agur ●