Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Aleix Gómez, como Curry
Cada uno en su parcela de actuación, Aleix Gómez tiene un aire a Stephen Curry, tipos que parecen levitar sobre la pista a quienes les resbala la presión, el rival, el público o el mismísimo demonio si apareciese desde el infierno. Tipos tan seguros de sus habilidades e intuición que parecen vivir los partidos en su burbuja particular, aislados del mundanal ruido, como si nada de lo que ocurra a su alrededor pudiese alterar los designios de lo que ellos han decidido: meter canastas y marcar goles sin freno.
La gracilidad de sus movimientos, la exquisitez técnica de sus lanzamientos, mortales todos ellos para sus rivales, fluyen con una naturalidad tan asombrosa que conmueven a cualquiera que les vea en acción. Talento en su máxima expresión. ¿Acaso esos triples inverosímiles de Curry no son como esos tiros de Aleix tan indescifrables para los porteros? Sonreía Niklas Landin, para muchos el mejor del mundo, cada vez que le batía Aleix en las semifinales, como diciendo: “¿Cómo diablos hace esto este tío?”
El talento se puede definir de muchas maneras, pero hay una especialmente sencilla y acertada: talento es hacer fácil lo difícil. Pregunten a Curry o Aleix cómo hacen lo que hacen y seguramente obtendrán una respuesta similar: “No lo sé, me sale así”. Explicaciones comunes para elegidos del deporte. Denles un balón y un partido: ahí se expresarán en su esencia. A Aleix, autor de 22 goles en la Final Four y ‘pichichi’ final con 104, no le dieron el MVP, incomprensible. Apuesten a que eso también le resbala ●