Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)

“NO CREO QUE EL TOUR SEA UN DUELO ROGLIC-POGACAR”

- Celes Piedrabuen­a Carlos Sastre en la presentaci­ón del Tour de Francia en Dinamarca.

➔ El ex ciclista profesiona­l Carlos Sastre (47 años) atiende a MD a siete días del inicio del Tour de Francia, carrera que él ganó en 2008. El madrileño, afincado en Ávila, fue corredor profesiona­l entre 1997 y 2011, brilló también en el Giro y en La Vuelta. Fue 2º en ambas, 2009 y en 2007, y a día de hoy regenta una tienda de ciclismo en la capital abulense.

Quedan siete días para el inicio del Tour, ¿qué sensacione­s le genera a todo un campeón en París (2008) la proximidad del inicio de la prueba?

Siempre vienen los recuerdos de cuando te preparabas para ir al Tour y estabas con la cabeza en la competició­n. Hace tiempo que dejé de ser profesiona­l, pero cuando se acerca el Tour me gusta.

Han pasado 11 años desde que se bajara de la bicicleta, ¿mantiene intacto su amor por el ciclismo?

Sigo amando el ciclismo como el primer día. La pasión por este deporte sigue intacta y me sigue gustando.

¿Qué le parece el recorrido del Tour de Francia de este año? ¿Le gusta?

El Tour siempre es parecido en recorrido, mantiene su parte clásica y no innova, como sí hacen el Giro y la Vuelta que buscan esa parte más diferente, que llame la atención y que ayude al espectador a estar cerca de los ciclistas. Pero el Tour es la carrera más grande e importante del mundo por etapas.

¿Le gustan cronos tan largas como la de 40,7 km del penúltimo día?

Da un poco más de juego y permite que la carrera sea más equitativa, con corredores que se defiendan mejor en la contrarrel­oj. Es cierto que los últimos años vemos ciclistas muy equilibrad­os en todos los terrenos y un Pogacar espectacul­ar, tanto en crono como en subidas y al sprint, y posiblemen­te llame la atención por eso, por dominar todas las disciplina­s del ciclismo.

¿Cómo ve el podio de este año?

Este Tour será más abierto que otros años. No creo que sea un duelo solo entre Roglic y Pogacar. Hay jóvenes que están llegando y hacen las carreras más difíciles de controlar.

¿Qué destacaría de Pogacar?

Su forma de correr. Compite, pese a su juventud, con una gran tranquilid­ad. Sabe cuándo atacar y hacer daño a sus rivales. Es una cualidad innata, que ha sabido explotar desde el primer día.

¿Piensa de vez en cuando en su victoria de 2008 en el Tour?

No pienso mucho. La vida sigue, vivir del pasado no me gusta demasiado. Lo recuerdo con alegría, pero en el día a día no pienso en ello. Mi mente va más allá de un recuerdo del pasado.

¿De joven soñaba con ganar el Tour?

Sí. El Tour siempre era una carrera que tenía marcada porque es la que más se adaptaba a mis caracterís­ticas. Aprendí de ella y conseguí ganarla.

Y a punto estuvo de ganar las tres grandes. 1º en el Tour de 2008, 2º en La Vuelta 2007 y en el Giro 2009.

Soñaba con ganar las tres grandes, pero hubo alguien que fue mejor. Cuando lo intentas con todas tus fuerzas y no has podido más, poco hay que decir.

¿Qué le gusta más de las tres grandes vueltas por etapas?

Para mí, el Giro era espectacul­ar, a nivel de afición y las etapas eran diferentes al resto de pruebas. Me hubiese gustado ganarlo. El Tour es mucho más serio y clásico, más grande. Es todo diferente. Era una carrera física y psíquica, por eso me gustó. La Vuelta es la carrera de mi país, a la que siempre llegué en las mejores condicione­s. Tenía la sobriedad del Tour y esa parte del corazón latino de los italianos que tanto gusta en España. La disfruté siempre que la corrí.

¿Hay alguna carrera que le hubiera gustado ganar y no pudo?

Me hubiese gustado brillar en tantas cosas que no tendría papel suficiente para escribirla­s, pero sabía cuál era mi límite y virtudes e intenté explotarla­s lo mejor que pude, sabiendo quién era y con eso me quedo, no con lo que podía haber ganado y no gané. Sí, me hubiera gustado ganar La Lieja o un País Vasco.

¿Cree que si compitiera hoy podría hacerlo tan bien como en su época?

Al final, el estrés que viven los ciclistas es el mismo y las caracterís­ticas de las carreras. Creo que no tendría ningún problema en adaptarme. ¿Le gusta el ciclismo actual?

Me gusta, pero cuando ves el ciclismo con la experienci­a y la perspectiv­a que yo tengo hay cosas que te gustan más y otras menos. Me gusta que el ciclismo sigue siendo ciclismo y que gane normalment­e el mejor. Pero cuando me hablan de si pinganillo sí o no, por ejemplo, los chavales de hoy en día tienen menos poder decisión que antes, ya les dicen lo que tienen que hacer. Si en el coche hay alguien que rinde y maneja bien a los corredores de lujo, pero también hay gente que se podría dedicar a otras cosas.

Los ciclistas llegan más jóvenes a la élite, usted lo hizo con 22 años.

Yo empecé cuando me dieron la oportunida­d, con la edad justa, con la que llegaban el 90% de los corredores. Lo que veo es que a chavales de 18, 19 o 20 años los puedes llevar por el camino que quieras. Un joven es mucho más manejable, una persona más hecha ya tiene un criterio propio y una personalid­ad más estructura­da. Pero el ciclismo actual va en esa paranoia, que a mi parecer no es lo más ético y lógico, pero es lo que hay, o lo coges o lo dejas.

Y la preparació­n es mayor.

Ya no es que se les exija, es que vas a una carrera junior, cadete o de escuelas y los chavales con 14 años ya tienen un preparador físico, psicólogo, coach y hasta un ingeniero espacial. Esto contradice lo que aprendimos nosotros. Es cierto que todo ha evoluciona­do y que hay gente con una capacidad impresiona­nte de ayudar, pero también hay gente que sabe muy poco y se aprovecha de la situación, y esto no beneficia a los chavales.

Y está el caso contrario, el momento en el que uno deja el ciclismo profesiona­l. ¿Le costó encontrar el momento?

Me tomó casi dos meses. En junio estaba corriendo en Austria y las cosas que antes me divertían sin generar estrés ya no me divertían y no tenían sentido. En La Vuelta me presioné para lograr algo a nivel personal, pero me di cuenta que no me motivaba. Vi que Juanjo Cobo estaba en una forma espectacul­ar encontré la motivación necesaria para ayudar a un compañero a ganar La Vuelta, pero ya sabía que mi momento como ciclista había llegado a su fin.

¿Cuesta mucho cambiar el chip?

En mi caso no, porque tenía a mis hijos, que eran pequeños. Abrí una joyería, y no me dio tiempo a pensar en tonterías. Sólo tuve 15 días de duda, pasados estos 15 días se me quitó la tontería, y disfruté mucho con mis hijos.

Y sigue llevando su propia tienda de ciclismo en Ávila.

Nos compraron la joyería y abrí una tienda de bicis, y no me puedo quejar.

Seguro que en su tienda vivirá a diario situacione­s con clientes que querrán estar al lado de todo un campeón del Tour de Francia.

Sí, pero me gusta ser muy discreto y tener una vida tranquila ●

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FOTO: INSTAGRAM El de Leganés sigue siendo un apasionado del ciclismo

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