Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
El cuádruple áxel, la soñada nueva dimensión del patinaje artístico
➔ Ilia Malinin hizo historia hace unos días tras realizar el salto considerado imposible
➔ Primero fue el cuádruple toe. Luego, el temido cuádruple salchow. Después, el cuádruple lutz. En los últimos años, de manos de la escuela japonesa, el cuádruple flip y el cuádruple loop. Pero faltaba derribar la última barrera de la revolución de los saltos cuádruples en el patinaje artístico, cada vez con más peso en los diferentes programas: el cuádruple áxel.
El salto imposible ya es una realidad. El joven prodigio estadounidense Ilia Malinin, vigente campeón del mundo júnior, ejecutó a sus diecisiete años con acierto un cuádruple áxel el pasado miércoles durante el programa libre del US International Classic. A sus 17 años, unió de esta manera su nombre a los distintos pioneros que han dejado
El cuádruple áxel, el salto de mayor dificultad, era hasta ahora una utopía
su sello para completar los seis saltos cuádruples que pueden ejecutarse en el patinaje artístico.
El canadiense Kurt Browning abrió la estela en el Mundial de 1988 tras ejecutar el primer cuádruple toe. Diez años después fue el estadounidense Timothy Goebel quien logró el primer cuádruple salchow, Brandon Mroz, quien logró en 2011 el cuádruple lutz. La escuela japonesa ha recogido el guante en los últimos años. Shoma Uno ejecutó el primer cuádruple flip de siempre en 2016, mismo año en el que Yuzuru Hanyu realizó con éxito un cuádruple loop por primera vez. Este es el único cuádruple, junto al áxel, que todavía no se ha conseguido en clave femenina.
Faltaba tan solo un cuádruple por conseguir a nivel masculino: el cuádruple áxel. El áxel es quizá el salto más técnico del patinaje artístico y es realizado en competición por los principales patinadores a través de su rotación triple (triple áxel). En ella, se ejecuta sobre un solo pie, que impulsa al aire al deportista para la realización de tres giros y medio, convertidos en cuatro y medio en caso del cuádruple áxel. La mayor dificultad reside en la caída, que se debe realizar también sobre un solo pie, el contrario al que impulsó el salto, mientras la otra pierna queda estirada hasta llegar a formar un ángulo de aproximadamente noventa grados con el hielo.
Por ello, la ejecución del cuádruple áxel era un reto de dimensiones faraónicas. Yuzuru Hanyu, uno de los últimos grandes genios del patinaje artístico, lo buscó con ahínco durante su última etapa en la competición, pero sin éxito. De hecho, su actuación en los pasados Juegos de Pekín fue uno de los momentos álgidos de la edición olímpica de hace poco más de medio año porque anunció que iba a intentar realizar el salto imposible, con el plus añadido de que salía de una larga lesión. Sin embargo, se quedó corto en la rotación y lo pagó quedándose fuera del podio mucho tiempo después.
Un prodigio en edad júnior
Pero la barrera del cuádruple áxel ha sido derribada al fin por Ilia Malinin, una estrella emergente convertida ya en leyenda. Campeón
Ha sido ejecutado por Malinin, un prodigio estadounidense de tan solo 17 años
del mundo júnior el pasado mes de abril, el estadounidense demostró entonces su potencial tras batir los récords del mundo de su categoría del programa libre (hizo 187,12 puntos) y del total (logró 276,11).
Nacido en Fairfax (Virginia) en 2004 e hijo de patinadores, en 2016, con tan solo once años, se convirtió en campeón juvenil de Estados Unidos. Desde entonces fue su- biendo categorías con éxito hasta despuntar a nivel júnior. De hecho, fue quinto a nivel absoluto en el Skate America del pasado año tras ejecutar dos cuádruples y ya fue noveno este año en el Mundial ab- soluto, en el que no pudo cuadrar su programa libre.
Así, tras la temporada de su lle- gada a la élite, en esta 2022-2023 ya está centrado en ganar estatus entre los mayores. Lo ha hecho, ade- más, a las primeras de cambio, con una actuación para la historia: su victoria en el US Classic disputado hace unos días llegó tras la apuesta por la dificultad máxima. El joven logró plasmar con éxito durante la competición el cuádruple áxel tan deseado. El salto imposible ya es una realidad e Ilia Malinin, aun- que todavía con cara de niño, se ha convertido en pionero y ha logrado elevar el patinaje artístico a otra dimensión ●