Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
La psicología barata de Beckham
El reality de David Beckham entrenando a infantiles destila cierta artificialidad
La plataforma Disney+ ha estrenado una producción a medio camino entre la mini-serie documental y el reality donde David Beckham debe rescatar del desastre a un equipo infantil de la Echo League en la que él también jugó de niño. En ‘Beckham: al rescate del equipo’ (‘Beckham: Save our squad’) el exjugador inglés vuelve al East End de Londres donde creció y asume el reto de motivar a los últimos de la clasificación, el Westward. “Mi intención es devolverle al fútbol lo que me ha dado” dice Beckham. Y, preocupado, asegura ante las cámaras: “Me da miedo que no me acepten”. Claro. ¿Qué equipo de chavales iba a querer conocer y entrenar con una de les grandes estrellas del fútbol? La serie va presentando poco a poco a los pequeños jugadores y sus circunstancias personales. La vida se mezcla con el fútbol para convertir el proceso en más emocional. Y a continuación empieza el crescendo narrativo. Beckham observará de incógnito al equipo, que demostrará deficiencias importantes. Después compartirá con el entrenador y su equipo sus puntos de vista y las posibilidades de mejora. Y arrancará la operación rescate. Beckham aparecerá por sorpresa en el vestuario ante la alegría de los niños. Y el salvador del equipo inicia una especie de terapia individual y colectiva enfocada a modificar la actitud y la autoestima de los chavales. El programa intenta potenciar el valor simbólico del verdadero técnico del equipo para no desautorizarle. Pero no siempre lo consigue. Beckham pasa a ser el gran protagonista y experto. Y poco a poco, a través de partidos y entrenamientos, iremos viendo la mejora. Además, se incorporan elementos propios del reality, como una visita al vestuario de Wembley para ir añadiendo lágrimas y emoción. En el partido final, se ralentizan las imágenes de los niños jugando, al estilo ‘Oliver y Benji’, para construir épica alrededor del progreso conseguido. La conclusión será catártica: una despedida conmovedora donde tanto los niños como Beckham han aprendido algo. El relato es el sueño de cualquier niño o niña aficionado al fútbol. Una clase magistral donde el ídolo establece una proximidad con los chavales. Aunque la producción destila cierta artificialidad y la psicología barata y las posturitas del jugador acaban resultando cansinas