Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Evitamos a Croacia, Brasil y Argentina
Lo único positivo de la derrota de España ante ‘el dragón de un solo ojo’
Hace 400 años, el señor feudal Date Masamune ordenaba una expedición a Europa, la embajada Keicho, encabezada por el famoso samurai Hasekura Tsunenaga. La intención era establecer relaciones diplomáticas con el viejo continente. El barco alcanzó Europa subiendo por el Guadalquivir por Coria del Rio (Sevilla) y prosiguió hacía Roma pasando por Barcelona. Alguno de los samurais que escoltaban la embajada decidieron quedarse en Coria del Rio y se casaron con sevillanas. Tuvieron hijos y en vez de ponerles el apellido del padre simplificaron con el origen. Así empezaba el apellido Japón, que aún perdura y que ha dado personajes tan ilustres como el árbitro Japón Sevilla, el empresario Marcelo Japón o el político José Manuel Suárez Japón.
Date Masamune fue uno de los daimyo más importante de Japón, le llamaban el ‘dragón de un solo ojo’. Aquella embajada fracasó porque como herejes - no cristianosno consiguieron sellar los acuerdos comerciales ni alcanzar el Vaticano. Hasta dos siglos después, Japón no envió otra embajada.
Esta selección de Japón es heredera del ‘dragón de un solo ojo’ y esta vez su cometido si se tradujo éxito. Derrotó Japón a España (2-1) demostrando que la actitud y el honor por el fútbol está por encima del nombre.
La única parte positiva, sobre el papel, es que la selección española pasa como segunda de grupo y evita a Croacia, Brasil y Argentina. La roja continúa por la parte buena del cuadro enfrentándose a Marruecos, Portugal y Francia. A priori. Porque la selección española jugó caminando toda la primera parte y Luis Enrique pensó que no era necesario dar descanso a Busquets, Olmo, Gavi, Pedri, Rodri... y contra Japón se necesitaba gente fresca.
Honores para Alemania. Se citaron para la final de Doha y gracias a la generosidad y la profesionalidad de Alemania, España continúa en el Mundial. Pudieron los germanos dejarse ir, todos eran conscientes en el campo que España perdía con Japón y ellos estaban fuera. El banquillo de España recibía al segundo cada gol de Costa Rica, cada gol de Alemania, menos Luis Enrique que no sabía nada. Miraban los agotados Pedri y Busquets al banquillo buscando la
confirmación de que Alemania estaba ganando, que no se dejaba, que no les enviaba a casa. Porque España salió a ganar el partido pero tras marcar el gol se dedicó a vivir el encuentro como un entrenamiento. Y esto en un Mundial penaliza y mucho.
Diez minutos añadió el árbitro para satisfacer las ganas de fiesta de la ordenada afición japonesa, que lloraba viendo a sus héroes disfrutar como aquellos mangas con los que crecieron. Oliver y Benji hoy tendrían los ojos más rasgados porque serían Doan y Tanaka, los protagonistas de los dibujos animados con las jugadas más maravillosas son dos futbolistas que han crecido viendo a Messi y Cristiano Ronaldo y han aprendido mucho.
La Roja no pudo con los herederos de la embajada Keicho, esos samurais que emprendieron viaje a Europa buscando la gloria. Herederos de Date Masamune, el señor feudal que más hizo por Sendai, la ciudad que fundó y donde ahora vive y juega Iniesta.
El camino de la selección de Luis Enrique es ahora supuestamente más fácil. Pero a Marruecos no se la gana caminando. Cabizbajos, cansados, muy cansados, así dejó España el césped. Japón saltando, feliz, revolcándose en el césped. Felices porque esa embajada, la del fútbol, sí ha triunfado en Doha
Portugal y Francia o Inglaterra pueden ser los cruces de la Roja a partir de cuartos