Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)

ATASCADOS EN OCTAVOS

➔ Bono se convirtió en el héroe tras parar los tiros de Busquets y Soler y Sarabia dio al palo ➔ Otra decepción de la Roja, que vuelve a caer en los penaltis en octavos como en Rusia ➔ El equipo de Luis Enrique no fue capaz de marcar en 120’ ante Marrue

- Ferran Martínez

➔ España se quedó en octavos de final del Mundial de Qatar en la tanda penaltis. La selección española se vuelve a casa de la manera más cruel. No fue capaz de marcar ante Marruecos durante 120 minutos (0-0). Ni tampoco desde el punto fatídico, donde Sarabia tiró al palo, Bono paró dos más a Sergio Busquets y Carlos Soler y Achraf Hakimi anotó el tanto de la victoria a lo Panenka para bailar de alegría justo después. Decepción total para los de Luis Enrique, que había pedido a los suyos que tiraran más de 1.000 penaltis antes de llegar a Doha. No hicieron los deberes. Tampoco la Roja, porque se esperaba más de ella. Como mínimo que alcanzara los cuartos.

Ante los leones del Atlas dominaron pero volvieron a atascarse en los metros finales. Luis Enrique evidenció su regreso a los orígenes sacando prácticame­nte el mismo once que goleó a Costa Rica en el debut. Solo entró Marcos Llorente por Azpilicuet­a, que estuvo tocado hasta el último momento y el técnico asturiano prefirió no arriesgar. El polivalent­e futbolista colchonero sufrió en defensa, sobre todo ante Boufal, que sacó su portafolio de regates para bailar a un futbolista que se estrenaba sin ritmo en este Mundial porque llevaba tres semanas sin competir.

Regragui jugó sus cartas, encerrando a su equipo, con sus once futbolista­s detrás del balón en un choque muy táctico ya desde el principio. La Roja, que vistió de azul con pantalón blanco, intentaba mover el balón con ritmo para encontrar el hombre libre, tal y como pidió Pedri. Pero Marruecos dejó muy pocos espacios y España no estuvo cómoda. El selecciona­dor marroquí alternó la defensa. A veces con cuatro, a veces con cinco, con Ziyech casi como carrilero para tapar las internadas de Jordi Alba.

El equipo español obtuvo el dominio del balón, pero se atascó de nuevo ante la competitiv­idad del cuadro africano. Luis

Enrique tam- bién movió fichas en la partida de ajedrez con el técnico rival. Llorente intentó ir por dentro, dejando la banda a Ferran Torres. Y permutó a los interiores, metiendo a Pedri por la derecha. Pero tampoco arrancaban.

La selección española proponía, pero no generaba. Solo dos acercamien­tos con peligro. Una doble ocasión de Gavi y Ferran Torres, que quedaron invalidada­s por fuera de juego del del Foios, y posteriorm­ente un remate de Asensio. El balear encontró una brecha en el muro marroquí y aprovechó un pase teledirigi­do de Alba. Su remate con la izquierda, cuando tenía a Ferran esperándol­a atrás, se fue al lateral de la red.

Los leones del Atlas aguardaban a su presa. Se defendían y mordían al contragolp­e. El primer zarpazo fue de Mazraoui. El lateral del Bayern ganó un balón dividido a Ferran y se atrevió desde la lejanía, poniendo a prueba a Unai, que detuvo en dos tiempos. Y antes del descanso, la mejor ocasión hasta entonces. Boufal se marchó una vez más por la izquierda, esta vez sorteando a Pedri, y se sacó un centro medido a la cabeza de Aguerd, que cabeceó por encima del larguero cuando el Education City Stadium, plagado de afición marroquí, ya se levantaba para cantar el gol.

Respiró España, que siguió sin poder agrietar el trabajado y sólido entramado defensivo de un rival que hasta el momento solo había encajado un tanto en todo el campeonato. Olmo lo intentó con un disparo lejano, pero centrado en el inicio del segundo tiempo, donde entró Williams, ya en el 75. El extremo del Athletic Club, que sustituyó a Ferran, fue un auténtico puñal y en su primer balón ya generó peligro. Nico empezó intimidand­o y la defensa marroquí tiró un paso atrás. Olmo tuvo un tiró que sacó con los puños Bono, pero poco más de peligro generó la Roja.

Hasta el último suspiro

Es verdad que tras el descanso Marruecos tampoco pisó demasiado el área de España. Aunque asustaba, especialme­nte con Cheddira. De hecho, el delantero del Bari tuvo la mejor oportunida­d ya en la prórroga. Encontró un hueco entre Rodri y Balde y se plantó solo ante Unai, que sacó un pie vital, que salvó al equipo español.

Los marroquís se dedicaron a jugar sus cartas. Defenderse bien, aguardar atrás, probar con la velocidad de Cheddira y que se jugara poco al fútbol. A pesar de ello, Sarabia, que entró a dos del final para tirar el penalti, tuvo su ocasión. La colgó Rodri y el remate casi sin ángulo lo escupió el palo. Y así se cumplieron más de 120 minutos y el pase a cuartos se decidió desde los once metros.

Fallaron Sarabia, que volvió a disparar al poste, Carlos Soler y Busquets, que se encontraro­n a un gran Bono. Sabiri, Ziyech, anotaron los suyos. Unai paró el de Benoun, pero Achraf Hakimi, con toda la sangre fría del mundo, clasificó a Marruecos, la gran revelación de este Mundial.

España, como ya sucedió en el Mundial de Rusia de 2018, vuelve a confirmar otro fracaso y quedarse en octavos, su barrera desde que se bordó la estrella sobre el escudo. De hecho, desde que saliera campeona en Sudáfrica en 2010, la selección solo ha logrado vencer tres partidos, a Australia, Irán y Costa Rica, en un Mundial. Un dato que da mucho que pensar. Ahora tendrán tiempo

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FOTO: EFE Sarabia se encontró con los postes
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FOTOS: EFE/GETTY El contraste que dejó una tanda de penaltis fatídica para la selección española. Desolación en los jugadores de la Roja y euforia total en los marroquís

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