Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Sin paños calientes
No es cuestión de elegir un calificativo entre fracaso o decepción. Es un palo. ¿Las selecciones representan el nivel del fútbol de cada país? Si se responde afirmativamente es un fracaso, una decepción y un palo. Los tres. España cae ante Japón y contra Marruecos, dos grandes países, pero de nivel futbolístico menor a la selección de Luis Enrique. La explicación del partido de ayer es una película vista demasiadas veces. Un equipo que propone, que domina el juego y la posesión y otro que defiende bien y cierra espacios. El tiempo pasa, no hay gol y uno crece y el otro baja. Todo acaba en función de los detalles. Se pierde en los penaltis y se abre un inmenso mundo de opiniones diversas, todas razonables, argumentadas y solventes. Las a favor y las en contra. El equipo da su versión y edulcora la eliminación. Está en su papel, Pero la clave es que no se pongan paños calientes y se entienda realmente dónde se está.
¿DÓNDE SE ESTÁ? En una selección en transición. Con jugadores muy jóvenes con presente y, sobre todo, mucho futuro. Con un equipo con el líder en el banquillo, no en el terreno de juego. Con veteranos muy potentes, pero sin futbolistas determinantes. ¿Por qué cae la selección eliminada? Por el efecto descendente. Llegó sin saber realmente las expectativas. Las elevó a lo más alto tras golear a Costa Rica. Ya era candidata. Lo mantuvo ante Alemania. Y todo se rompió ante Japón. Ese fue un golpe a la línea de flotación. ¿Somos tan buenos?, se preguntaron. El tono de Luis Enrique se avinagró. Emergieron dudas y ese camino positivo, de confianza (imprescindible para campeonar) se quebró. Todo va de un palmo, porque si Sarabia marca el gol, y lo dan, en el último segundo, hoy serían héroes. Pero en el fútbol las cosas son las que son, no las que hubieran podido ser. España está fuera porque no se lo ha acabado de creer, porque Japón cambió la dinámica, algo muy importante en un torneo corto y de alta tensión. Ahora que lo analicen bien. Sin paños calientes